El cambio climático ha traído consecuencias muy graves en lo largo y ancho del planeta, cientos de especies han tenido que migrar hacia hábitats diferentes por la devastación de sus ecosistemas. Los osos polares han sido quizá de los más afectados ante la situación del derretimiento de glaciares y han tenido que desplazarse hacia otras regiones. Así, en la convergencia entre oso polar y oso grizzli surgió una nueva especie llamada grolar, que es un híbrido entre estos dos.
El derretimiento de los casquetes polares sin duda es una de las emergencias climáticas más urgentes por las que atraviesa el planeta. Hace tan sólo unos días se declaró extinto al glaciar más grande del mundo, el A-68 que se desprendió de la plataforma Larsen-C en 2017, en la península Antártica. Pero esta emergencia no sólo se limita al Polo Sur, sino que el Ártico también está experimentando un derretimiento de sus cuerpos de hielo.
La consecuencia más inmediata es que las especies endémicas de los polos, se desplacen hacia otras regiones en busca de alimento. El oso polar como consecuencia de la falta de hábitat, ha migrado hacia las tundras del norte, donde ha convergido con el oso grizzli, el resultado es que del cruce de ambas especies ha surgido una nueva, denominada grolar.
Expansión de los grolars
A medida que el oso polar se interna en regiones más australes, tiene nuevas interacciones con el oso grizzli, como consecuencia la descendencia entre ambos, es decir, el grolar, se está expandiendo cada vez más.
Los investigadores han seguido de cerca este caso. Anteriormente había advertido sobre una posible vulnerabilidad de los grolar en su nuevo hábitat, ya que se sabe que los híbridos por lo general no se adaptan mejor a sus entornos que sus progenitores. Pero los grolars parecen ser una excepción, las características de ambas especies de osos parecen darles una ventaja sobre otras especies. Los expertos dicen que probablemente esta especie de osos híbridos sean más resistentes a los cambios de temperatura en el medio ambiente.
Larisa DeSantis quien es paleontóloga y profesora de ciencias biológicas en la Universidad de Tennessee, explica que los grolars llegaron para quedarse. Sus cráneos más alargados que el de sus progenitores, les permite pecar presas más fácilmente en el mar. Aunque también presentan una desventaja y es que sus molares son demasiado pequeños en comparación con los de los pardos. Lo que los condiciona a comer únicamente grasa, a diferencia de los pardos que también son omnívoros.
Extrañamente las dos especies de oso polar y grizzli, que han dado como resultado el grolar, antes formaban una sola. No obstante, se separaron hace medio millón de años aproximadamente también como consecuencia de los cambios climáticos. Esto les ha posibilitado tener similitudes en el ADN que ahora, miles de años después los vuelve a unir en una nueva especie híbrida.