En medio del distrito de Kanungu se extiende una selva virgen. Reconocido como el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi, esta zona se convierte en uno de los bosques de llanura y montaña más importante de todo Uganda. Es justo aquí – en la selva de Bwindi – donde se almacena una diversidad extraordinaria, la cual está en peligro por el masivo crecimiento de las plantaciones de té.
Uganda se ha colocado como el tercer productor de té más importante de todo África. Junto a él se encuentra Malaui y Kenia. Sin embargo, el problema es que en Uganda yace la selva más importante de todo el continente, una que es tan diversa en población como en naturaleza.
Entre las montañas de este bosque húmedo se encuentran distintas comunidades indígenas, las cuales comparten territorio con los majestuosos gorilas de montaña y otras especies. No obstante, siendo el corazón de la tercera zona más importante de té del continente, la selva de Bwindi está en grave peligro.
Entre 2000 y 2010 la producción comercial de la planta de té aumentó tanto que la destrucción ambiental no se hizo esperar. Los daños son evidentes para la selva y los beneficios ni siquiera son para la nación, ya que el 40% de una producción de 40,000 toneladas anuales se destina a mercados extranjeros.
De acuerdo con las comunidades indígenas, los daños ambientales irreversibles que causan las operaciones comerciales de té ponen en cuerda floja la supervivencia de todos en Bwindi. Un estudio en 2011 demostró que las áreas que protegen la cubierta forestal y los bosques de la zona disminuyeron un 7.8%, al mismo tiempo que las plantaciones de té aumentaron un 13.9%.
La presión del té sobre la selva de Bwindi
Mientras la población de gorilas de montaña se balancea hacia la extinción, grandes empresas de té continúan su avance. Hace apenas cuatro años, jornaleros pidieron el acceso hacia el antiguo bosque de Kafuga, el cual rodea el parque de Bwindi y protege a las especies del contacto humano.
Esto sucedió a pesar de que la Unesco considera el Bosque impenetrable de Bwindi como patrimonio de la humanidad. Los bosques que componen esta gran selva son parte de uno de los ecosistemas más diversos de África Oriental, sostienen más de 200 especies de árboles, 120 de arbustos, 104 helechos y más de 1,000 plantas y flores.
A la llegada de las grandes empresas, la fauna y flora comenzó a decaer. Primero fue la tala de varios acres y después la presión constante sobre las comunidades y la naturaleza.
Los Batwa, los guardianes de Bwindi
La comunidad de los Batwa vive en los parques de África desde hace tiempo. En 1925 la comunidad comenzó a ser expulsada de las tierras y recursos tradicional para darle paso al turismo y la producción de té.
Hoy en día pocos Batwa se mantienen en lucha, ya que el mismo gobierno africano consideraba a sus integrantes como personas de “segunda clase” y no les permitía tener acceso a los servicios básicos del gobierno.

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A pesar de ello, gracias a distintas organizaciones la historia es distinta. Ha habido cambios positivos para la comunidad, pero la realidad es que diariamente se enfrentan a una industria extranjera sedienta de explotación. Antes de que las empresas llegaran, los Batwa ya plantaban el té en pequeñas granjas. Los usos se limitaban al autoconsumo y al cultivo de plantas medicinales. Gozaban de una independencia económica a la par de proteger el medioambiente.
En la actualidad, el equilibrio se ha perdido. Esta es una de las miles de comunidades que desde las raíces de las zonas naturales protegen el ambiente. En contra de los intereses comerciales y políticos, las comunidades indígenas se levantan en protección de bosques, selvas y demás ecosistemas. ¿Qué esperamos para aprender de ellos?