El paso del huracán Idalia por las costas de Florida, Estados Unidos, trajo consigo un fenómeno eléctrico, el fuego de San Telmo.
No es sólo el título de una película del llamado Brat Pack de la década de 1980: el fuego de San Telmo es el nombre que se le da a los destellos brillantes y repentinos de aparentes relámpagos que pueden bailar a través de un cielo nublado cuando hay tormentas cercanas.
Fuego de San Telmo, un fenómeno con historia
El huracán Idalia tocó tierra en Keaton Beach, Florida, con categoría tres y vientos de más de 200 kilómetros por hora. A su paso ha dejado grandes inundaciones, árboles caídos y tendidos eléctricos destrozados.
Más de 80 mil personas se encuentran sin luz, y el huracán avanza hacia Carolina del Sur. Sus habitantes no sufrirán tantos daños, ya que Idalia va perdiendo fuerza y llegará a la zona siendo una tormenta tropical, sin embargo, lo que llamó la atención del mundo es la aparición del fuego de San Telmo, descubierto luego de que que dos pilotos sobrevolaban las zonas afectadas por la tormenta.
Un fenómeno que llena el cielo de color púrpura
En sus expediciones, Cristóbal Colón avistó el imponente “fuego de San Telmo” en el cielo nocturno durante una tormenta. También lo contempló Charles Darwin en un “frío y crudo” viaje cerca del Río de la Plata: “Los relámpagos fueron muy vívidos, acompañados de fuertes lluvias y ráfagas de viento”, apuntó en su diario.
Como parte de una de las operaciones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, para atender y monitorear los daños del huracán Idalia, dos pilotos que sobrevolaban las zonas afectadas tuvieron la oportunidad de registrar en video un fenómeno en el cielo que de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, es un fenómeno que consiste en una descarga eléctrica, más o menos continua y de intensidad ligera o moderada, que se produce en la atmósfera.
A su vez, este se origina de objetos elevados situados en la superficie de la Tierra, dado el campo eléctrico que puede convertir las moléculas de aire en partículas con carga eléctrica o “plasma”, que emiten una luz resplandeciente. El resultado genera una descarga, no relámpagos como los de una tormenta regular, sino de plasma.
¿Una tormenta de peligro?
En la actualidad los buques mercantes no usan los mástiles antiguos. Aunque en su época consideraba que ver el fenómeno era una señal de buena suerte, una señal de que San Telmo estaba vigilando su viaje, en la actualidad es diferente.
Los pilotos que captaron el fuego de San Telmo fuera de la ventana de su cabina esta semana probablemente no corrían ningún peligro. El fuego de San Telmo por sí solo no es peligroso. Y los aviones están equipados con dispositivos diseñados para reducir la carga eléctrica en sus superficies exteriores, según la Enciclopedia Británica.
Pero la NOAA, Instituto Nacional Oceánico y Atmosférico, advierte que el fuego de San Telmo podría ser una señal de advertencia, ya que normalmente indica que hay tormentas cercanas. Y las tormentas pueden provocar relámpagos reales, que pueden ser “fascinantes pero mortales”.