Cuando se trata de lo inesperado, la naturaleza se lleva la corona por sus paisajes que toman vida en tan sólo segundos. Jason Rinehart, quien es un fotógrafo experto de Virginia, se dedica a cazar estos momentos inesperados en los paisajes naturales y poco a poco ha perfeccionado sus habilidades para plasmar en instantáneas el ímpetu de la naturaleza. Una de sus fotografías más reconocidas es la que muestra a un relámpago perfectamente centrado y que además se produjo en medio de un doble arcoíris al atardecer. El resultado es simplemente asombroso.
El fotógrafo se dirigía a su casa y monitoreaba los mapas de radar cuando de pronto se percató de que las condiciones se tornarían perfectas para comenzar a disparar su obturador. Una tormenta eléctrica se dirigía justamente hacia su lugar favorito, las montañas Blue Ridge, así que se dirigió a el sitio y dejó que la magia sucediera.
Cuando arribó al lugar, la lluvia dejó de azotar la montaña y el sol comenzó a asomarse por entre las nubes. Sin perder tiempo, Rinehart configuró su cámara para la acción y comenzó a disparar hacia la magnífica escena.
El fotógrafo cuenta que en cuanto el arcoíris comenzó a asomarse en la bóveda celeste, supo que se trataría de una fotografía memorable, digna de admirar. Con un sentimiento bastante indescriptible, Rinehart continuó fotografiando el paisaje en donde dos arcoíris se elevaban en el cielo.
Aunque el fotógrafo ya estaba bastante satisfecho con los tomas que había logrado captar en las montañas, de pronto lo inesperado sucedió, un enorme rayo con su aspecto electrizante y vibrante, cayó justamente en medio del arcoíris. Rinehart cuenta que mientras disparaba su obturador, lo único que pudo hacer fue sonreír. Cuando su cámara indicó el cliqueo del disparo, supo que acaba de capturar una de las fotografías más impresionantes y se sentía totalmente complacido con su trabajo.
En su cuenta de Instagram, Rinehart muestra su asombroso trabajo que es consta esencialmente de paisajes inundados por relámpagos. Pero sin duda alguna la fotografía del arcoíris es una de sus instantáneas más destacadas de todo su trabajo, pues captura la ambivalencia de la naturaleza, una mezcla perfecta entre lo sublime y la tempestad.