El lago de Xochimilco, uno de los sitios más icónicos de la ciudad de México, ha sido el protagonista de festejos, guías turísticas y tradiciones. Alimentado por unos pocos canales que riegan la mitad norte de la delegación Xochimilco, este sitio es un emblema histórico.
Inició como un sistema de cultivo conocido como chinampa. Desde entonces, se ha transformado en un centro de reunión de locales y turistas para recorrer dichos canales en trajineras de madera. Desgraciadamente, el constante uso de esta zona ha generado una cantidad impresionante de basura y contaminación: botellas de vidrio y residuos de plástico, entre otros.
De manera que, después de continuos problemas relacionados con la rentabilidad, mantenimiento y contaminación de esta vía turística, los canoeros decidieron acercarse a la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Distrito Federal (SECITI) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para buscar alternativas a la problemática.
¿La solución? Una trajinera fabricada a partir de PET, con una vida útil de alrededor de 100 años. Se estima que la producción en serie de este tipo de producto será de 15 mil pesos (a diferencia de una de madera, que oscila entre unos 35 y 40 mil pesos).
Mauricio León Salazar, encargado del proyecto, explica que esta solución pretende ser amigable con el medio ambiente, ya que se recolecta el plástico, reduciéndolo a semipolvo (con textura de arcilla) para, así, mezclarlo con el filamento de PET. De ese modo se pueden confeccionar los tablones con los que se hizo la trajinera.
Además de ser más económica (a corto, mediano y largo plazo), esta solución también es un acercamiento revolucionario para el cuidado del medio ambiente y el reforzamiento del turismo en la ciudad: una adecuación de la artesanía tradicional a los menesteres urgentes de hoy.