En los últimos años, la ciencia ha demostrado que los perros tienen esta increíble capacidad de no sólo reflejar emociones humanas, también de comprenderlas y experimentarlas. Sí, así es: un perro, sin importar su raza o sexo, tiene una vida llena de emociones similares a la de los humanos.
Por tanto, así como experimenta la alegría de ver llegar a su dueño, también sufre de depresión por algún malestar físico, cambios radicales, la pérdida de un compañero, un dueño deprimido, cambios de estación, entre otras razones. De acuerdo con The Telegraph, uno de cada cuatro perros sufre de depresión.
Si bien es fácil reconocer cuando un perro está deprimido, pues los síntomas son muy similares a la depresión humana, no siempre sabemos qué hacer cuando nuestras mascotas se encuentran en un estado anhedónico.
Por ejemplo, cuando nuestro perro tiene cambios comportamentales debido a una enfermedad o un medicamento, es importante monitorearlo cerca y llevarlo al veterinario si las cosas no cambian. Mientras que cuando se enfrenta a cambios importantes, como la llegada de un bebé humano a la familia, es importante procurar mantener su rutina lo más apegada posible. Hay mascotas que reviven la depresión de su dueño o inclusive, al perder a un compañero que quiere, es muy probable que caiga en depresión –simplemente deja de responder a las reacciones de las otras personas en casa–. En especial cuando ya es un perro de edad mayor.
Para ayudarlo, necesitas proveerle endorfinas a través de la actividad física, mimos y acaricias, momentos de juego y signos de felicidad, caminatas juntos e inclusive un nuevo compañero. Un poco de dosis extra de amor y atención, ¿a quién le cae mal?