Estamos Al Borde De Una Sexta Extinción Masiva: ¿qué Nos Queda Por Hacer?

Estamos al borde de una sexta extinción masiva: ¿qué nos queda por hacer?

Al conjunto de esas extinciones masivas se le conoce como aniquilación biológica.

La Tierra ha sido testigo de cinco extinciones masivas: la del Ordoviciano, hace 443 millones de años, en que una pesada edad de hielo desterró del planeta a más del 70 por ciento de todas las especies –principalmente las océanicas–; la del Devoniano, hace 360 millones de años, en la que un cambio climático prolongado volvió a destruir al 70 por ciento de las especies, incluyendo a todos los corales; la del Permiano-Triásico, hace 250 millones de años, que fue la mayor de todas al provocar la extinción del 95 por ciento de todas las especies, incluyendo los insectos gigantes y trilobitas, y se relaciona con las masivas erupciones volcánicas en Siberia que causaron un episodio severo de calentamiento global; la del Triásico-Jurásico, hace 200 millones de años, en que 3/4 de las especies se perdieron debido a la actividad volcánica del planeta, dejándolo desprovisto de dinosaurios y especies similares; y el Cretáceo-Terciario, hace 65 millones de años, en el que mientras un asteroide gigante impactó en México, una serie larga de erupciones volcánicas en India extinguió por completo a los dinosaurios y amonitas. Después de este periodo tanto mamíferos como humanos empezaron a gobernar al planeta. 

Al conjunto de esas extinciones masivas se le conoce como “aniquilación biológica”. Y si bien provocó la resistencia de la naturaleza a lo largo de estos milenios, los investigadores están temiendo que está regresando de la manera más severa que se puede imaginar. De acuerdo con un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, el análisis en especies tanto comunes como raras en miles de millones de regiones se han perdido ante la sobrepoblación o sobreconsumo del humano.

Para Gerardo Ceballos de la Universidad Nacional Autónoma de México, autor de la investigación, “la situación se ha vuelto tan negativa que no sería ético usar un lenguaje fuerte”, por lo que él decidió definir la “aniquilación biológica” como un atentado contra las bases de la civilización humana. Por lo que es imprescindible explicar que si estudios previos mostraron que las “especies se están extinguiendo a un ritmo más rápido que en los últimos millones de años anteriores”, no está mostrando que la noción de que las extinciones tienden a ser de un caracter gradual ante la pérdida de la biodiversidad. De modo que Ceballos ha demostrado con su estudio que las especies están perdiendo sus poblaciones alrededor del mundo conforme las distancias van desapareciendo, muy a pesar de que aparentan estar presentes en todos los rincones del planeta. 

En otras palabras, más de la tercera parte de las miles de especies en el planeta que están perdiendo a sus poblaciones no se consideran “especies en peligro de extinción”; y más de los animales han perdido alrededor del 80 por ciento de terrenos para habitar en el último siglo. De hecho los científicos encontraron que miles de millones de poblaciones de mamíferos, aves, reptiles y anfibios se han perdido en el planeta, resultando en la sexta extinción masiva a niveles nunca antes considerados. En sus palabras: “El resultado de la aniquilación biológica obviamente tendrá serias consecuencias ecológicas, económicas y sociales. La humanidad eventualmente tendrá que pagar un alto precio por la diezmación del único conjunto de vida que conocemos en el universo.”

Junto con Ceballos, el profesor Paul Ehrlich, de Stanford University en EE.UU., creen que la vida salvaje en el planeta se está extinguiendo debido a la invasión y destrucción del hábitat, la contaminación tóxica, el exceso de caza y el cambio climático. Son una serie de factores que resultan en un mismo origen: la sobrepoblación y el hiperconsumismo humano, principalmente por las clases poderosas y ricas. De este modo los profesores pretenden ejercer un llamado de atención para recordar que la civilización depende principalmente de las plantas, los animales y los microorganismos de la Tierra que la proveen con un un sistema esencial ecosistémico que va desde la polinización de cultivos hasta la protección de suplementos alimenticios en el mar.  

Existe poco tiempo para realizar acciones contundentes para salvar a las especies de una extinción masiva, “y se puede hacer con regularizaciones de consumo, apoyo a reservas de la vida salvaje y a leyes de protección a la biodiversidad, entre otros.” De lo contrario, y un ejemplo más inmediato, los animales más populares comenzarán a desaparecer; como es el caso del león: “El león se ha distribuido históricamente sobre África, sur de Europa y Medio Oriente, gran parte del norte de India. [Ahora] la vasta mayoría de las poblaciones de los leones han desaparecido.” Estamos a punto de saltar hacia un precipicio sin la Naturaleza. 

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