En los últimos años hemos sido testigos de la popularidad de las plantas, flores, frutas, verduras y hierbas en el hogar. Como un llamado de atención tanto al cuidado del medio ambiente como a la economía personal, esta integración de la vida urbana y rural ha marcado el estilo de vida de varias personas.
Esta popularidad de los vegetales ha creado una alta y desregulada demanda de estos productos. Las consecuencias son evidentes: la extinción de algunas de estas plantas. Un ejemplo es el de la Echeverría (también conocida como conchita, uña de señorita o uña de secretaria).
En honor del botánico mexicano Atanasio Echeverría, la planta de hojas verdeazuladas se encarga de almacenar grandes cantidades de agua. Desgraciadamente, se ha considerado en peligro de extinción a esta especie debido a su venta desregulada:
De acuerdo con el Jardín Botánico IBUNAM existen alternativas para reducir el riesgo de extinción de esta especie, desde el método en que se extrae de la tierra hasta en la toma de conciencia del lugar donde se compra.