Los animales,además de darnos valiosas lecciones, juegan un rol esencial en el equilibrio del planeta. Incluso los insectos más inesperados cumplen una función irreemplazable en el entorno; por ello, su cuidado y por ende el de sus ecosistemas, es crucial.
El nivel de vida que hemos llevado, sobre todo el relativo a los niveles de consumo, resulta insostenible. Según WWF (World Wildlife Fund), quizá la organización más influyente del planeta, nuestro consumo anual es 50% superior al que la naturaleza puede soportar, considerando sus procesos de restauración. Como muestra, en un informe que la organización publica cada 2 años se advierte que en sólo 40 años, desde 1970 hasta 2010, hemos perdido 52% de la población de fauna del planeta. En Latinoamérica, este número asciende a un dramático 83%.
Aunque las cifras son alarmantes, la organización advierte que lo anterior puede revertirse con la voluntad de los políticos y de las empresas más grandes del mundo, sobre todo las vinculadas a la generación de energéticos; es posible revertir el cambio climático y disminuir los gases de efecto invernadero empleando energías 100% sustentables en todo el mundo. Hoy, según datos de WWF, estamos generando más dióxido de carbono del que la Tierra es capaz de absorber.
Según declaraciones de Marco Lambertini, director general internacional de WWF, retomadas por La Jornada: “Este daño no es inevitable, sino una consecuencia del modo que hemos elegido para vivir. (…) Es esencial que aprovechemos la ocasión, mientras podamos, para desarrollarnos de forma sostenible y crear un futuro en el que la gente pueda vivir y prosperar en armonía con la naturaleza”.