De tiempo para acá en Latinoamérica la bicicleta ha dejado de ser un medio de transporte para los que tienen poco dinero y se ha convertido en un transporte alternativo para oficinistas de traje, personas retiradas y toda clase de citadinos. Y aunque distamos mucho de ser Ámsterdam, por ejemplo, donde la mitad de los viajes se hace en dos ruedas y sin motor, cada vez más la región adopta la bicicleta como medio transporte. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) organizó una encuesta sobre el fenómeno y concluyó que, de seis grandes ciudades relevadas, Bogotá y Santiago de Chile son las que tienen más kilómetros de ciclovías.
La capital colombiana suma 376 kilómetros de ciclovías permanentes y otros 120 de recreativas, con lo que totaliza 496. Las recreativas son aquellas que se abren cuando se cierran las calles a los vehículos motorizados durante un horario determinado, lo que permite que el público participe en actividades físicas tales como correr, caminar o montar en bicicleta. Esto suele ocurrir los domingos, pero también otros días, según cada ciudad lo disponga. Santiago le sigue con 192 kilómetros de ciclovías permanentes y 26.8 de recreativos, lo que hace un total de 218.8. Lima tiene 110 y seis, respectivamente, es decir, 116 si se suman los kilómetros. Buenos Aires, que en 2009 prácticamente carecía de ciclovías, ahora suma 100 kilómetros de las permanentes. La ciudad de México tiene 96.6 de ciclorrutas estables y 24 de las recreativas, con lo que totaliza 120.6. São Paulo cuenta con 68.3 kilómetros permanentes y 119.7 recreativos, por lo que suma 188, frente a una casi inexistencia de vías ciclistas hace cuatro años.
Entre 13 ciudades medianas relevadas, las que tienen más kilómetros de carriles bici estables son Cochabamba (Bolivia), con 32, seguida por Mar del Plata (Argentina), con 30, y Cuenca (Ecuador), con 13. Montevideo cuenta con 11,3 más 2.5 de recreativos, con lo que totaliza 13.8.
El informe del BID indica que, de cinco grandes ciudades analizadas, el 3% de la población de México DF y Santiago tiene en la bicicleta su principal medio de transporte. También el 2% de los ciudadanos de Buenos Aires y Bogotá, y el 0,5% de los de Lima. Entre las ciudades medianas, Cochabamba marcha a la cabeza con el 10%, seguida por La Paz y Asunción, con el 5% cada una, y Barranquilla (Colombia), con el 3%.
Por supuesto aún falta muchísimo por hacer, como implementar espacios de estacionamiento, educar a los automovilistas a respetar las bicicletas (y enseñar a los ciclistas a manejar cuidadosamente) y engrandecer los sistemas de préstamo de bicicletas en más colonias dentro de las ciudades. Pero la percepción de la bicicleta como una necesidad de la gente y del país en materia de reducción de contaminación, tráfico y mejoramiento de la ecología está en marcha. Esta es sin duda una buena noticia para Latinoamérica y un llamado a los gobiernos a seguir con el plan.