Cuando se habla de Elon Musk, la narrativa puede dirigirse en cualquier dirección, internet satelital, monos jugando con la mente, esfuerzos para salvar al planeta de la contaminación o incluso enviar el hombre a Marte. Las excentricidades del magnate no se encasillan en una sola área de la tecnología y la ciencia, sino que abarcan muchas directrices. Es por esto que puede resultar cuestionable su discurso medioambientalista cuando por el otro lado está en proceso de probar el cohete más potente de la historia de la humanidad, que tiene 29 motores.
Denominado Booster 4, es el primer propulsor Super Heavy verdadero que SpaceX ha creado y está equipado con 29 motores raptor. Y aunque el proyecto de por sí ya suena ambicioso, esta es tan sólo la primera etapa de un sistema de transporte totalmente reutilizable llamado Starship, con la que la compañía de Musk pretende llevar misiones tripuladas y de cargamento a la Luna y Marte.
Pronto comenzarán las pruebas para poner al cohete que alcanza los 70 metros a presurizar su interior y arrancar sus motores. Si todo sigue acorde a los planes, el cohete será lanzado a órbita en los próximos meses de cara a la llegada a Marte. El equipamiento superior de Starship tendrá una propulsión total a cargo de 32 motores Raptor, con los que Elon Musk planea llevar al hombre al planeta rojo.
Elon Musk y su postura ante la contaminación
Aunque los logros del magnate han sido bastante aplaudidos por algunos en miras de la llegada de la humanidad más allá de la Luna. No podemos hacer ojos ciegos ante los costes medioambientales que esto está generando. Por un lado, Elon Musk dice apostar por el cuidado del planeta y minar la contaminación con sus autos eléctricos. Incluso promete millones de dólares a la tecnología de captura de carbono más viable para intentar frenar el calentamiento global. Pero el por el otro, genera cohetes con más de 29 motores que están pasando la factura a la atmósfera.
Además, hay que decir que el internet satelital de Musk no está siendo bien recibido por la comunidad astronómica. El ambicioso proyecto planea rodear la Tierra con 12 mil dispositivos satelitales, mismos que ponen en riesgo la visión astronómica de los telescopios. Y fuera de esto, hay que decir que se trata de basura espacial que, aunque no seamos capaces de captar, estará rondando ahí afuera.
En general esta tendencia de cambiar la visión ante los viajes espaciales que ahora están más encaminados hacia lo turístico que a lo científico, traerá graves consecuencias al planeta. Las cantidades de emisiones de carbono que se lanzan a la atmósfera tras la propulsión de cohetes es exhorbitante. No hay que olvidar que hasta ahora la única tecnología capaz de llevar al humano fuera del planeta es la propulsión a chorro. Y los combustibles que se utilizan son el queroseno y el hidrógeno líquido, o sea más dióxido de carbono a la atmósfera.