Hoy la polémica Ley General de Aguas en México está, afortunadamente, varada en la Cámara de Diputados. Esta ha sido denunciada por numerosos organismos de la sociedad civil como privatizadora. Una de las principales críticas es que el agua se trata de un derecho humano básico que no debe manejarse bajo los criterios del mercado.
Para muchos la privatización del agua (los políticos en turno argumentan que no se trata de una privatización) es la culminación de una política económica neoliberal, que entre otros efectos, trata a los recursos naturales meramente como productos de compra-venta.
Una encuesta realizada por El Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública revela la opinión de los mexicanos en torno a este tema. Algunas cifras interesantes nos muestran cómo, en realidad, existe un escepticismo generalizado sobre la ley; incluso si los encuestados no habían escuchado hablar sobre esta, cuando se les explicó, la mayoría estuvo en desacuerdo (sobre todo en la parte del abasto de agua por parte de empresas privadas).
Aquí algunos datos interesantes de esta encuesta: