*1) viaorganica.com
Frente al abandono del campo y sector agrario, la dependencia al mercado internacional en México se vuelve una evidencia palpable. ¿Cómo enfrentar las consecuencias en el mercado nacional cuando existe un cabildeo entre los poderes ejecutivo y legislativo, la práctica de “puertas giratorias” –rotación de altos cargos del sector público y privado–, la formación de alianzas entre empresas y miembros de la comunidad científica –como Alianza Pro Transgénico– y la implementación de corporaciones multinacionales de semillas transgénicos de Monsanto, Cargill, Dow AgroSciences y Syngenta?
El problema del maíz transgénico es esta tolerancia al herbicida glifosato, el cual produce sustancias tóxicas resistentes al ataque de ciertos insectos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud –OMS–, el glifosato es una sustancia catalogada como posible cancerígeno, el cual se dispersa y alcanza cultivos, ecosistemas y cuerpos de agua superficiales y subterráneos.
Esto supone, como resultado, un riesgo potencial en poblaciones humanas vecinas y para la biodiversidad. Principalmente desde que hace 15 años, el 30 por ciento de los mexicanos consumen el maíz transgénico que llega al país. Un ejemplo de los efectos del glifosato es la disminución de la población de la mariposa monarca debido a la muerte de las plantas de su ruta migratoria con el aumento de este químico tóxico.
Como respuesta a este factor de riesgo para la biodiversidad y el mercado mexicano, organizaciones sociales como el Colectivo Sin Maíz no Hay País, han buscado suspender la siembra de maíz transgénico. Pese a haberlo logrado, y que esto representara un gran triunfo para la sociedad civil, aún continúa la lucha sobre si el maíz transgénico daña o no el derecho humano de generaciones presentes y futuras a la diversidad biológica de los maíces nativos y criollos. La siguiente lucha legal en tribunales federales pretende prohibir la siembra de transgénicos en el país; como un candado definitivo como un símbolo de respeto a las tierras mexicanas.

2) esmateria.com
México es el centro del origen y diversificación del maíz. Es aquí en donde existen 64 razas de maíz y miles de variedades que se mantienen como resultado de una herencia milenaria entre comunidades humanas y ecosistemas agrícolas. Hoy por hoy, el maíz representa en el país el 53 por ciento de la ingesta calórica y el 39 por ciento de la proteína.
Sin embargo, en los últimos cinco años se detectaron maíces contaminados con productos transgénicos, alterando gravemente los genes de las plantas silvestres. Esto supone un riesgo potencial de contaminación para la diversidad nativa de plantas, para la bioseguridad y el control de variedades del maíz nativo. Pues, de acuerdo con la Alianza por la Salud Alimentaria:

En palabras de Pánfilo Hernández Ortiz, integrante de la organización campesina Grupo Vicente Guerrero del estado de Tlaxcala, “Estos maíces son la riqueza que los campesinos han venido guardando, reproduciendo y que también tienen temor de perderlo ante la entrada de algunas semillas que podrían ser transgénicas o en el caso de las híbridas que no son productivas, en cambio las nativas criollas se enfrentan a las condiciones climáticas de cada año, en diferentes parcelas los campesinos sembramos toda esta diversidad de colores.”
Por esta razón se hace un llamado a la ciudadanía para que mediante la difusión de estas contradicciones, se pueda lograr un llamado de atención a los jueces en función de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados. Debe suspenderse definitivamente la siembra de transgénicos durante todo el juicio.
Para más información:
Demanda Colectiva Maíz
Change.org: Lic. Enrique Peña Nieto, mantener la suspensión de la siembra de maíz transgénico en México a campo abierto