El escritor francés Anatole France solía decir que “Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma estará dormida”, como si el compañerismo con estos seres pudiera alterar positivamente la esencia de un humano. Sin darnos cuenta, este tipo de vínculos pueden motivar para salir de una depresión, fomentar la creatividad y hasta inspirarnos a nuevas teorías científicas. En el caso de Mitch Boyer, artista visual, su compañero canino lo inspiró para realizar su libro infantil Vivian the Dog Moves to Brooklyn.
Para Boyer, su mejor amiga de cuatro patas fue el protagonista para usar numerosas técnicas de foto-ilustración y efectos visuales, similares a las usadas en películas como El Hobbit, y así generar una consciencia sobre el cuidado animal con derechos que implican la libertad a la crueldad y malos tratos. Para ello, Boyer realizó una solicitud en la plataforma Kickstarter y comenzar los fondos que le permitieran tanto a él como a Vivian moverse a lo largo de cuatro estados, cinco ciudades y diez diferentes hogares durante cinco años.
A lo largo de Alburquerque, Nuevo México y Brooklyn, Vivian y Boyer dieron un excelente ejemplo acerca de cómo, con paciencia y cariño, un vínculo entre especies puede convertirse en un proyecto ecosustentable y de gran aprendizaje infantil. Te compartimos las imágenes realizadas por Boyer: