¿Has escuchado la frase: “Se debe a la contaminación”? Con frecuencia se culpa al medioambiente por los efectos nocivos en la salud humana. No es arbitrario que, en los últimos tiempos, más médicos encuentren las causas del auge de las enfermedades en la crisis climática.
Las sequías empeoran, la vegetación muere y los incendios forestales se multiplican. Pero el desequilibrio ambiental sólo es una consecuencia de algo más grande: el calentamiento global. Este concepto realmente define el estado actual del planeta: inundaciones, tormentas, incendios, virus, plagas, etcétera.
Debemos comenzar a pensar que la crisis de salud humana mundial es consecuencia de la crisis ambiental. Creemos que los efectos se limitan al entorno, pero si miramos en los oídos, nariz y garganta de cada ser humano, se vislumbran los graves efectos en nuestra especie.
Puede comenzar con una deshidratación tras sudar en un día caluroso o varios. El motivo es el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera, lo cual aumenta la temperatura del planeta. Desde 2005 la temperatura aumentó un 9%, y esto revela un calentamiento mundial de alrededor de 1 grado Celsius, según la ONU.
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¿Qué desencadena el calor en la salud humana y el planeta?
El incremento del calor significa varias cosas: más sequías, más muerte de la vegetación, más incendios, menos alimento y más enfermedades para los humanos. Estos problemas cada vez son más reconocidos entre los médicos: algunos hablan de agotamiento hasta insolación o ansiedad por el deterioro de la función cognitiva.
El calor ahora empuja a miles de proveedores de servicios de salud a convertirse en defensores del medioambiente. La ciencia necesita integrar en los libros médicos los efectos de la crisis climática en la salud humana. Por ejemplo, la influencia del calor en la deshidratación, la relación entre el aumento de polen y los niveles de alergia o la existencia de partículas PM 2.5, asociadas con la contaminación y que deterioran la respiración.
El impacto del cambio climático en la salud ya es un hecho y nos está costando vidas y recursos. ¿Acaso vamos a sacrificar la vida de millones por la continuación de la producción excesiva? La crisis de salud es desproporcionada y la actual pandemia por el nuevo coronavirus demostró que afecta a todos los países del mundo.
No se trata de señalar quién tiene más o menos recursos, sino de equilibrar los efectos mundiales. Sin inversiones climáticas, la humanidad pronto se verá rebasada por su propio caos. Este no es un asunto exclusivamente político o que les corresponda a unos pocos, el desequilibrio es mundial y el único tratamiento es la acción climática en pro del medioambiente.
Se puede iniciar con algo tan simple como hacer compras sostenibles, o bien, eligiendo líderes conscientes. La acción legislativa y personal será el camino que nos conduzca hacia un planeta sostenible y sano. No olvidemos que la vida humana es un reflejo del planeta y para nosotros, ambos necesitan una cura.