Recientemente el mundo supo que hay 1 millón de especies en peligro de extinción. El análisis Planeta Vivo de WWF ya había señalado el gran impacto de la sobreexplotación ambiental sobre la biodiversidad. Sin embargo, otras estadísticas revelan que los seres vivos de la Tierra enfrentan una alarmante situación.
La primera estadística muestra que se ha perdido el 68% de la biodiversidad mundial. Esto se traduce en una enorme pérdida de diferentes especies de aves, mamíferos, anfibios, reptiles, peces, etc. Entre 1970 y 2016 disminuyó más de la mitad de los animales del planeta y este ha sido, hasta ahora, el golpe más fuerte para el equilibrio de la Tierra.
Perdiendo mamíferos
La segundo gráfica revela que el mundo atraviesa la sexta era de extinción masiva. La comunidad científica ya ha advertido sobre que la pérdida masiva de mamíferos definirá el futuro de la humanidad, y actualmente, la destrucción de la naturaleza está a un nivel sin precedentes. A medida que se analiza el impacto de las actividades humanas, se confirma que estamos provocando la extinción de otras especies. De acuerdo con un estudio publicado en Science Advances, el mundo pierde cerca de 500 especies de mamíferos cada 50 años.
Las graves consecuencias
Las causas de estos sucesos devastadores se encuentran en el modelo de consumo de la humanidad. En la última Cumbre de Biodiversidad de la ONU se reconoció que es urgente reconstruir la relación con la naturaleza para equilibrar el estado actual del medioambiente. Tres de las peores consecuencias de la sobreexplotación del ambiente han derivado de la modificación del hábitat.
Restaurando el camino
La reestructuración de la economía y el consumo es clave para volver a reconstruir el vínculo con la naturaleza. La única forma de restaurar la biodiversidad es a partir de la colaboración.
Líderes, sociedad y empresas deberán participar en acuerdos climáticos que den pie a restablecer la salud ambiental. El tratado internacional “Convenio sobre la Diversidad Biológica”, por ejemplo, tiene tres objetivos ambientales mundiales: la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y el reparto justo y equitativo de beneficios.
Pero también hay otras acciones importantes por llevar a cabo. Hemos tardado demasiado tiempo considerando las opciones y hoy sabemos con certeza que los pasos a seguir para sanar al medioambiente dependen de las siguientes actividades:
Estos resultan ser los datos estadísticos más relevantes del siglo. Por ahora, el 2020 ha sido un año difícil en muchos sentidos, pero lo más grave es la revelación de la inestabilidad del clima. Es cierto: ya no tenemos tiempo para seguir debatiendo los datos, el siguiente paso es actuar y mejorar el panorama.