El mes pasado, esta águila bebé fue víctima de las llamas en un incendio forestal en Salt Lake City, Utah. Ahora reposa en la División de Recursos Silvestres para recuperarse totalmente de algo que para sus cuidadores resultó asombroso. Una nueva oportunidad de vida para esta pequeña ave.
“Pensé que no había ninguna posibilidad de que estaría vivo. Me quedé helado cuando la vi allí de pie”, dijo Keller, uno de los encargados de cuidar al ave.
El águila de 70 días de edad, sufrió quemaduras en sus garras, pico, cabeza y alas. Sus plumas de vuelo se fundieron cerca de una pulgada, o dos, de su ala y la cola. Con estas heridas, era imposible que el animal sobreviviera por mucho tiempo, afirman los expertos que cuidan del ave para que pronto se recupere.
Actualmente, Phoenix, nombre del águila, se mantiene a base de una dieta rica en proteína, formada por carne de venado y corazón de res.
Lo que parece haber salvado a la pequeña águila fue el aislamiento que le ofreció el grueso de plumaje del animal.
La División de Recursos Silvestres espera que el ave pueda volver a su entorno natural el próximo año.