La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) se ha posicionado como un tema relevante en los encabezados. Por ser la reunión más importante para discutir las directrices que la humanidad debe seguir para minar el calentamiento global y toda la serie de consecuencias que este ha traído y seguirá trayendo en un futuro cercano. Sin embargo, dentro de las salas de conferencia en Glasgow, la sede de la COP26, se han dado cita los líderes mundiales, dejando de lado las voces más críticas sobre el tema, los pueblos indígenas.
Miles de indígenas se manifiestan a las afueras de la COP26
A las afueras del Centro de Exposiciones de Escocia, donde se están llevando a cabo las actividades de la COP26, miles de manifestantes se dieron cita para exigir justicia climática para el planeta. Los pueblos indígenas hicieron resonar sus voces para hacer visibles las restricciones de acceso a las negociaciones. Mismas que consideran injustas y vacías, ya que no se les ha dejado participar en las propuestas climáticas.

AFP
Con esto, la legitimación de la conferencia más importante sobre el cambio climático, se ha visto comprometida. Los observadores internacionales, cuya función supuestamente es la de intervenir y ayudar a mantener la transparencia de las negociaciones, han demandado poca oportunidad de participación en dichas negociaciones. Las organizaciones ambientales, académicas, de justicia climática, pueblos indígenas y defensoras de los derechos de la mujer, han demandado que no se les ha permitido intervenir en las actividades de la COP26. Consideran que esto tendría repercusiones para millones de personas alrededor del mundo, ya que las promesas son sólo de papel. Los esfuerzos presentados hasta ahora, no son suficientes para minar el calentamiento global.
“Las voces de la sociedad civil son fundamentales para el resultado de la COP26, pero no hemos podido hacer nuestro trabajo. Si la participación y la inclusión son la medida de la legitimidad, entonces estamos sobre bases muy inestables”, dijo Tasneem Essop, director ejecutivo de Climate Action Network (CAN), que representa a más de 1.500 organizaciones de 130 países.
Invitación no es sinónimo de inclusión
Con anterioridad el gobierno del Reino Unido se jactó de que la COP26 sería la cumbre más inclusiva jamás antes registrada. Se prometió la participación de aquellas minorías que luchan incansablemente por mantener una vida sostenible. Sin embargo, conforme más avanza el desarrollo de la conferencia, más evidente se hace que la invitación no es sinónimo de inclusión.
Denunciaron cambios de última hora en la reglamentación de viajes para acceder a Glasgow. Además de costos de viaje exorbitantes y el sistema de inmigración hostil de Gran Bretaña. Pero por si fuera poco, también se les limitó el encuentro cara a cara con los negociadores de la COP26.
“El nivel de restricciones no tenía precedentes”, dijo Sebastian Duyck, del Centro de Derecho Ambiental Internacional. «Es alarmante. Ya que las relaciones que construimos al comienzo de la COP son cruciales para el trabajo que hacemos después. La participación limitada socava absolutamente la credibilidad de Conferencia”.
Todo esto llevó a los pueblos indígenas a manifestarse a las afueras de la COP26, para exigir que se terminen las promesas vacías. Después de todos, son ellos los mejores guardianes de la naturaleza. Las tierras gestionadas por ellos presentan los mejores índices de salud, ya que se les gestiona sosteniblemente. Sin embargo, a lo largo de los años se les ha perseguido, amedrentado y despojado de sus tierras por parte de las grandes empresas madereras, de agricultura y ganado.