Cómo las etiquetas de nutrición están hechas para timar al consumidor

Cómo las etiquetas de nutrición están hechas para timar al consumidor

¿Cómo saber realmente lo que estas comiendo a partir de la información nutricional de los productos?

Muchas personas interesadas en comer sanamente basan sus compras en la información nutricional de los productos del supermercado; desafortunadamente, a veces hasta el más consciente de los lectores de etiquetas puede ser engañado.

 

Calorías

La cantidad de calorías que consumimos resulta en aumento o disminución de peso, eso es cierto. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre una misma cantidad de calorías encontrada en fruta fresca y en unos Doritos?

La nutrióloga Melanie Warner nos indica que incluso si los alimentos tienen la misma cantidad de calorías, a menudo proporcionan distintos niveles de saciedad. “Haz de cuenta que comes la misma cantidad de calorías en papas fritas que en un plátano”, apunta Warner. Y agrega:

No hay duda de que te sentirás más lleno si te comes el plátano. Así que las calorías no son lo mismo, porque si comes las papas probablemente tengas que comer más después para compensar. Y también están los nutrientes. Estas comiendo una cantidad fenomenal de nutrientes en el plátano. No estas consumiendo nada de eso con las papas fritas.

 

Grasa

Hoy en día muchos consumidores se preocupan por la grasa en su comida: grasa total, calorías de grasa, grasa saturada, grasa insaturada, polinsaturada, etc. Y alguna vez fue fácil entender estas etiquetas. La grasa era mala cuando era saturada y la peor de todas era la grasa trans. Pero actualmente, es mucho más complicado que eso. Los alimentos empaquetados anuncian las grasas buenas: omega 3. Pero esto sigue siendo muy simplista y, desafortunadamente, las etiquetas nutricionales no proporcionan suficiente información como para tomar decisiones informadas acerca de las grasas. La buena noticia es que si sabes un poco de aceites y grasas, la lista de ingredientes puede ayudarte a tomar mejores decisiones.

 

Fibra

Sabemos que tenemos que comer más fibra. Las mujeres necesitan 25 gramos al día y los hombres necesitan 38 gramos. Las barras de fibra, que podrían parecer la solución, toman su fibra de la raíz de endibias (también conocidas como inulina), que causan problemas gastrointestinales en algunas personas. Y aunque estas barras sean mejor que nada, nuestros cuerpos necesitan diferentes tipos de fibra.

 

Vitaminas y minerales

Cuando los ingredientes en sí mismos nos son nutritivos, las empresas fortifican sus productos con vitaminas y minerales. Los empaques de cereal, sobre todo, pueden ser increíblemente engañosos. Normalmente se añaden vitaminas que en primer lugar ni siquiera estarían en el alimento, lo cual puede ser muy confuso para los consumidores.

Las vitaminas que están en la naturaleza nunca se encuentran aisladas, vienen en un paquete completo con otros nutrientes. La absorción de vitaminas y minerales tiene que ver con la combinación; todas trabajan en concierto. Pero si te dan vitaminas añadidas, por ejemplo en un cereal, difícilmente tu cuerpo podrá absorberlas de manera eficiente.

Lo mismo pasa con los multivitamínicos. Algunas personas creen que mientras estén tomando esto no importa lo que coman, cuando en realidad, la mayoría de las vitaminas y minerales ni siquiera están siendo absorbidos correctamente por el cuerpo.

El tema común es que las etiquetas de nutrición no te cuentan la historia completa acerca de los nutrientes de los alimentos. Si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea. Un chocolate bajo en calorías no es la solución a todas tus necesidades de fibra, y un cereal fortificado no es una excusa para dejar de comer frutas y verduras.

La solución es comer la mayor variedad de alimentos posible. Y aunque a veces sea rico comer chatarra, no te engañes pensando que es saludable, incluso si la etiqueta dice que lo es.

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