Un sistema de riego sin gasto de energía y sin plástico se ha usado pro años en África, en China y en América Latina. Son ollas que se entierran en el jardín y que permiten que el agua se filtre poco a poco del barro.
Este sistema se puede construir reutilizando macetas de barro que ya tengamos en casa. Necesitan ser número par y necesitan ser del mismo tamaño.
Hay que cubrir los agujeros de la maceta inferior, puede ser con un azulejo y con silicona o arcilla.
Hay que pegar una maceta sobre la otra, igual, con silicona o arcilla o incluso cemento.
Ahora se cava un agujero en la tierra, cerca de las plantas que queremos regar (cuidado con las raíces). La parte superior de nuestra “olla” debe quedar en el exterior, para rellenarla y para localizarla con facilidad.
Ya sólo falta llenar con agua. La porosidad del barro la filtrará poco a poco.
Consideraciones:
Recuerda cubrir el orificio con una piedra o concha para que no se escape el agua por evaporación y para que no se cuele algún objeto o animal.
Durante los climas fríos, es recomendable retirar las ollas, ya que podrían romperse.
Revisa con qué facilidad se humedece el suelo, para regular qué tanta agua introduces a la olla y con qué frecuencia.
[Ecocosas]