La naturaleza exige ser contemplada. Su a veces evanescente, pero omnipresente presencia, no puede pasarnos inadvertida.
Cada planta y cada flor que nos comparte hacen vibrar una emoción distinta, y su papel en el equilibrio de la vida siempre tiene una razón de ser. Una lila, por ejemplo, tiene la intención de cautivar con su color a la abeja que irá a recoger el polen de ésta, una actividad que supone parte del ciclo de vida de la biósfera en su totalidad.
El reino plantae es tan extenso que su explosiva diversidad lo hace objeto de apasionadas aproximaciones, no sólo fitológicas, también poéticas. Tan sólo de orquídeas existen más especies que de mamíferos, y de cactáceas podemos encontrar hasta 2,000 variedades, mismas que tienen la peculiaridad de guardar agua en su columna.
Este tesoro que es el mundo botánico es preservado en cientos de conservatorios alrededor del mundo. En ellos se realizan investigaciones sobre el aún universo natural (que nos regala tesoros tan maravillosos como la fantasmagórica flor de cristal), pero también son lugares abiertos al público, que nos permiten conocer un poco más de este reino vegetal.
Se trata de enormes parques o jardines, de grandes extensiones y con todo tipo de arquitectura: desde palacios victorianos hasta estructuras futuristas que fungen como invernaderos, donde se guardan bastas colecciones vegetales de todo tipo de plantas y flores. De ahí su importancia, pues estos conservatorios son centros de divulgación e importantes guardianes del saber botánico.
Aquí te presentamos algunos de los más sofisticados del mundo:
Parque del Retiro, Madrid: un jardín de histórica fantasía
Un pulmón en pleno centro de Madrid, donde se erigen los muros transparentes del imponente Palacio de Cristal, museo e invernadero que alberga flora tropical, subtropical desértica e incluso acuática.
El parque tiene una extensión de 118 hectáreas, y resguarda al árbol más longevo de Madrid, en el Jardín del Ahuehuete, así como a 19 000 árboles, representativos de 167 especies. Conserva además cientos de plantas y flores, entre las que destacan los espontáneos claveles que hacen una tupida alfombra amarilla al florecer.
Jardines de la Bahía, Singapur: conjugando lo artificial y lo natural
Singapur es de los pocos países que ha incorporado requerimientos de construcciones ecológicas en su legislación. En 2011 se construyó esta obra monumental, cuyo paisaje deja atónito a cualquiera. Grandes árboles de acero y vidrio, de 25 a 50 metros de altura, almacenan agua de lluvia para el riego del jardín, donde hay dos conservatorios: El Bosque Nuboso y La Cúpula de Flores, donde se cultivan flores tropicales así como cientos de orquídeas, la flor nacional del país.
https://www.youtube.com/watch?v=_3UiBpR6GrU
Jardín Botánico de Adelaida, Australia: hogar de la flora y vegetación del mundo
Es miembro del BGCI (Botanic Gardens Conservation International), siendo de suma importancia sus aportaciones para la conservación de los jardines botánicos en el mundo. El diseño del jardín está influenciado por el Royal Gardens at Kew, Inglaterra y los jardines de Versalles, Francia. Cuenta con una gran colección botánica, 40% nacional y 60% foránea, y un invernadero de hermoso diseño, galardonado por su ingeniería, donde se cuida de plantas tropicales en peligro de la selva tropical de Australia Norte, Papua Nueva Guinea, Indonesia y del sur de las islas del Pacífico.
Jardín Botánico de la BUAP, México: guardián de la mágica biodiversidad mexicana
Este recinto de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla tiene una gran tarea de investigación y conservación que es llevada a cabo con especialistas y estudiantes de la institución. Alberga a más de 45 mil ejemplares de plantas de todo México, como pinos, cipreses, sabios, cedros, colorines, pirulos, cactáceas globosas, agaves y orquídeas. Cuenta, además, con la colección más grande de encinos en México y se le considera un referente de la investigación y divulgación sobre la flora y vegetación en América Latina.
Jardín Botánico de Río, Brasil: reserva de la Biósfera
Este jardín cuenta con una de las bibliotecas botánicas más grande del mundo (que una vida no bastaría para leer), pues es de más de 30 mil volúmenes. Y sus 137 hectáreas alojan una de las colecciones de flora más importantes: en ellas, 83 hectáreas son de bosques y 54 son zonas cultivadas. La UNESCO le otorgó por eso la figura de “Reserva de la Biosfera” en 1991.
Real Jardín Botánico de Kew, Inglaterra: la realeza vegetal
En 120 hectáreas, este lugar alberga una pagoda de arquitectura china, una “casa de los nenúfares” y una “casa de la palmera”, todo de arquitectura de hierro fundido. Tiene también un herbario y una biblioteca, así como una gran colección de plantas, pese a las dificultades climáticas de Londres. Además, Kew es un lugar muy importante como generador de semillas, siendo uno de los más importantes bancos de éstas en el mundo.
*Imagen principal: Maggie Chiang