En los cuentos de hadas a menudo encontramos descripciones de bosques encantadores, con paisajes excelsos cubiertos de neblina encantadora. Y aunque estas narraciones forman parte de la imaginación humana, la inspiración ha salido de la naturaleza misma. La isla Madeira se caracteriza por ser el hogar de bellos paisajes llenos de montañas escarpadas, playas rocosas e imponentes volcanes. Pero además de ello, es el lugar donde la imaginación y la realidad se tocan, el sitio donde los bosques de cuentos de hadas cobran vida a través del bosque milenario de Fanal.
Durante las mañanas, la neblina se encarga de cubrir todo aquello que habita en Fanal, un sitio que, por su magnificencia y belleza natural, ha sido declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de un bosque del tipo laurisilva, que es un bosque nuboso subtropical propio de lugares húmedos, cálidos y con heladas poco frecuentes. Por lo tanto, es un ecosistema de gran exuberancia donde se esconden los árboles más antiguos del planeta y las criaturas más exóticas del mundo.
Imagen: Albert Dros
Se sabe que hace unos 15 millones de años, gran parte del sur de Europa estaba cubierta por este tipo de paisajes. Pero actualmente la belleza de los bosques laurisilva se ha reducido enormemente, a tal grado que ahora son sumamente extraños. Sólo se les puede encontrar en la isla de Madeira y los Azores, en Portugal y en las Islas Canarias. Pero de todos ellos, el bosque de Fanal, en Madeira destaca por su belleza e importancia ecológica, además de que es famoso por sus rutas de senderismo.
Imagen: Albert Dros
Caminar entre los árboles más antiguos del planeta y observar la mágica belleza que los caracteriza es una experiencia que muy pocos pueden vivir. Por ello, el fotógrafo Albert Dros se dio a la tarea de capturar la esencia de aquel lugar encantador, para mostrar al mundo el sitio donde la imaginación y la realidad se tocan.
A través de una serie fotográfica, muestra la esencia pintoresca del bosque de Fanal. Paisajes de árboles cubiertos por musgo y rodeados de la neblina atravesada por el juego de luces y sombras, parecen salidos de un verdadero cuento de hadas. Las instantáneas logran capturar la esencia etérea del bosque y transmitir la irremediable paz que cubre aquel lugar de ensueño.
Imagen: Albert Dros
“Pasear por aquí es simplemente mágico”, dice el fotógrafo. “Con el bosque cubierto de niebla, a veces no sabes si estás caminando en un sueño. Este bosque es algo que nunca antes había experimentado”.
Afortunadamente, Fanal se encuentra actualmente protegido por su estatuto de Patrimonio de la Humanidad. Así que permanecerá intacto por al menos unos años más, sus habitantes seguirán brindando magia en un oasis en medio del mundo.