La explosión demográfica se ha traducido en la reducción de espacios donde la gente pueda convivir de manera sana en un lugar adecuado. Con el crecimiento poblacional, se necesitan medidas que resuelvan este problema de una manera barata, sencilla y, los más importante, sustentable.
Un grupo de investigadores de Estados Unidos y Malasia han ideado la manera perfecta para lograr armonizar todos estos aspectos en Rimunan Kaseh, una comunidad malaya.
En esta región del planeta se han construido 100 casas energéticamente eficientes y un sistema de agricultura que proporciona alimentación a toda la comunidad y un excedente de producto que se puede vender para generar ingresos.
La electricidad de la aldea es generada por un sencillo y eficiente sistema de energía solar, complementado por biomasa y energía hidroeléctrica. Su sistema de agricultura permite criar tilapias, una especie alta en proteína. Las aguas residuales que resultan de la crianza de las tilapias, se filtra y son usadas para el riesgo de cereales, árboles y otros cultivos.
Las casas de los habitantes son modulares, construidas por piezas armables prefabricadas, como si fuesen piezas de rompecabezas. El armado de una vivienda sólo toma de 7 a 10 días para que esté habitable.
El sistema ha demostrado ser un modelo a seguir para otros lugares con pocos recursos económicos. El gobierno malayo planea construir 12 pueblos más con esta misma modalidad, con la esperanza de que la calidad de vida de los habitantes mejore significativamente.