El aceite de palma se obtiene de la fruta de la palma africana, y es el segundo aceite más consumido después del aceite de soya. Su producción se ha vuelto violenta, pues cada vez más corporaciones alimentarias (pero también de cosméticos y agrocombustibles) utilizan esta materia prima, y presionan para que cada vez más hectáreas de bosque sean devoradas por la siembra de palma africana.
De acuerdo con investigaciones de Mongabay, la siembra de palma para la extracción de aceite está haciendo modificaciones irreparables en la vida de las especies que viven en estos territorios y en la de las personas que los habitan.
Por eso, las turberas y selvas tropicales en países como Indonesia, o en América Latina, están enfrentando una degradación biológica sin precedentes, con la quema y deforestación de los bosques que implica la obtención del aceite de palma. Todo esto ha sido ampliamente documentado por Greenpeace en los últimos años. Además, su producción es altamente contaminante, debido a la quema de combustibles necesaria para ello, lo cuales causan altos niveles de contaminación atmosférica.
Seguramente has escuchado sobre los muchos animales que están en peligro de extinción; por ejemplo, en Sumatra y Malasia. En estas zonas es donde más animales están en riesgo –desde rinocerontes y elefantes hasta tigres y orangutanes– y su extinción parece un porvenir definitivo.
En el estado de Chiapas, en México, la siembra de palma no sólo está acabando con hectáreas de selva de reserva natural sino que está cambiando las formas de vida de las personas donde, por ejemplo, en vez de producir café de manera local se trabaja para extraer aceite de palma para la industria. Estos son tan sólo ejemplos de lo que está provocando la extracción del aceite de palma.
¿Por qué está pasando esto?
Porque cada vez más empresas demandan este aceite para la fabricación de sus productos.
¿Tiene alguna repercusión en mi salud?
Sí, el aceite de palma también implica riesgos para nuestra salud, sobre todo al ser consumido en exceso (y dada su preeminencia en la industria alimenticia, esto suele ocurrir). Según varios estudios del Center for Science in the Public Interest, el aceite de palma puede contribuir en el desarrollo de problemas cardiovasculares y otras enfermedades metabólicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha puesto al mismo nivel de peligrosidad que los ácidos grasos saturados, pues además está compuesto de 45% de éstos, y de sólo 10% de grasas poliinsaturadas, que son las que contienen las nueces o el salmón.
¿Se puede evitar el aceite de palma?
Esto no es nada fácil pues, como suele pasar en la industria alimentaria, los ingredientes nocivos nos son impuestos y, una vez que se sabe lo dañinos que son, suelen esconderse bajo seudónimos que pasan desapercibidos para los consumidores. Pero, para que puedas reconocerlos e intentar evadirlos, estos son los principales nombres bajo los cuales se etiqueta este aceite:
Y estos son los ingredientes que pueden ser procedentes del mismo, y normalmente les encuentra en cosméticos:
¿Qué alimentos contienen aceite de palma?
En su mayoría, alimentos procesados e industriales, como pueden ser galletas, bollería, cereales de desayuno, frituras, margarina (por eso es mejor siempre consumir mantequilla), chocolates, helados, comida precocida o instantánea, caldos e incluso leches en polvo.
Además de dejar de consumir estos productos, también podemos –y debemos– difundir esta información entre nuestros conocidos, tanto por la preservación del planeta como de la salud colectiva. Una alimentación basada en comida orgánica, autocultivada, y con mayor cantidad de frutas, verduras, nueces o ingredientes de origen local –como el chocolate no industrializado– puede hacernos innecesaria la tarea de estar hurgando en las etiquetas de los productos en busca del aceite de palma.
Acciones más allá de tu consumo
El planeta necesita más consumidores conscientes. A la par de evitar consumir, o por lo menos consumir en la menor medida posible productos con aceite de palma, también podemos contribuir con organizaciones que se encargan de la investigación y difusión de esta situación a través de medios digitales. Una de ellas es Carro de Combate. Y por supuesto, existen organizaciones en varios países que buscan regular esta situación (por ejemplo, en lo que concierne al etiquetado de los productos), a las cuales también puedes seguir para firmar sus peticiones, como en México la asociación El Poder del Consumidor.
Antes de comprar, de consumir, infórmate, y no permitas que sea tu grano de arena el que contribuya a la devastación de tu salud y el deterioro del planeta.