Los seres humanos conquistamos la oscuridad. Es decir, tras experimentar con la electricidad —sus corrientes y sus conductores metaloides—, el mundo comenzó a iluminarse artificialmente y hoy día, es un recurso vital para las civilizaciones.
Este hecho sin duda no es del todo positivo –a fin de cuentas, la oscuridad, también es naturaleza–; en lugar de aprovechar lo que el planeta nos provee, desatamos una extraña competencia tecnológica que parecía tener como fin avasallar a la naturaleza y “superarla”. Usamos sus minerales, los convertimos en combustibles y los quemamos para hacer funcionar turbinas que generan energía, en lugar de aprovechar la “mecánica natural” de cientos de fenómenos que ocurren en el mundo.
Actualmente:
92% de la producción mundial de dióxido de carbono
proviene de la quema de combustibles fósiles.
No obstante, diariamente se llevan a cabo más y más esfuerzos para cerrar esa enorme —y absurda— brecha que hemos abierto entre la naturaleza y el humano. Costa Rica, por ejemplo, demuestra que el futuro de la iluminación depende ahora de cuánto se pueda trabajar codo a codo con la naturaleza, en lugar de en su contra, para generar energías limpias.
Este país caribeño es ejemplo de que el 100% de la energía que se utiliza puede provenir de energías verdes, generadas a favor, también, de la naturaleza. Tan solo este año, el país logró obtener 78,26% de la electricidad desde el agua, 10,29% desde el viento, 10,23% de la geotermia y 0,84% de la biomasa y el sol.
Pero, ¿cuáles son las 4 formas en que se puede trabajar con la naturaleza para producir energía?
Agua
Las hidroeléctricas fueron la primera alternativa verde ante la energía producida con combustibles fósiles. Ésta se obtiene del aprovechamiento de las energías cinética y potencial de la corriente del agua, por ejemplo, de los ríos. Costa Rica la ha usado desde hace mucho tiempo como principal fuente de energía.
Viento
Esta producción requiere conocer las variaciones del viento e instalar enormes aerogeneradores que convierten la energía cinética de éste en energía. Esta tecnología data de la Edad Media, cuando se usaban molinos para moler el trigo. Pero a partir de 1970 ha sido aprovechada en los parques eólicos donde se erigen decenas de aerogeneradores que, actualmente, proporcionan hasta el 40% de la energía de países como Dinamarca.
Tierra
La energía geotérmica se obtiene aprovechando el calor del interior de la tierra que se transmite a través de los cuerpos de roca caliente o reservorios por conducción y convección que dan origen a los sistemas geotérmicos. No requiere construcción de represas, ni tala de bosques, pero si la construcción de grandes plantas.
Lo malo es que esta energía, al no poder transportarse de maneras viables, sólo puede usarse como en Islandia: para cubrir las necesidades de agua caliente del área metropolitana del Gran Reikiavik. Y no todos los países tienen un recurso geotérmico utilizable, como sí lo tiene este país.
Por eso, en Costa Rica esta producción energética sólo cubre el 10,23%de sus necesidades.
Sol
Por medio de paneles fotovoltáicos se aprovecha esta energía, la cual ha mostrado ser la mejor opción de todas las energías limpias. Su uso puede ser industrial, con energía producida en parques y granjas solares, y poco a poco se ha avanzado en el almacenamiento de esta energía para no tener que depender sólo de los días despejados para su utilización.
También se puede usar de manera “pasiva”, en edificios públicos, hogares y hasta transportes públicos, como los trenes en la India.
Además de estas cuatro energías naturales y renovables, vale la pena tener en la mira de qué otras maneras se está innovando en este sector. Un ejemplo son las celdas de combustible que utilizan biogás, hidrógeno o gas natural y que se han popularizado en Estados Unidos.
Toda esta tecnología que tiene como base la cooperación con la naturaleza permite entrever que un futuro luminoso y armonioso con la naturaleza no es imposible y que, al contrario, está cada vez más cerca.