Durante 25 años, las actividades majestuosas de ballenas y delfines han impactado al fotógrafo británico Christopher Swann; principalmente los vínculos afectivos de estos cetáceos que pueden llegar a inspirar la vida emocional de los humanos, como en el emparejamiento y el maternaje.
Para Swann, los cetáceos epitomizan la perfección y belleza del mar: “Al ver a los animales tan grandes y humildes moverse en su propio medio ambiente es exquisito”. Sus fotografías revelan que no importa el tamaño, sino el empoderamiento y la paz en el que viven estas increíbles criaturas de la naturaleza:
He visto a las ballenas en los últimos 25 años. Es lo que hago casi cada día. Originalmente, pasaba las vacaciones viendo a las ballenas, primero en Hebrides –mi bote, el Marguerite Explorer; la compañía se llamaba Western Isles Sailing and Exploration Co. Ltd.– en la costa oeste de Escocia y luego en las Islas Canarias –dos diferentes ubicaciones: uno frío y gris, el otro en aguas lúcidas, luminosas y azules –que me elevó el deseo de nadar con los cetáceos. He pasado gran parte de mi tiempo conociendo muchas especies y sus reacciones, cómo posicionarse incluso en el lugar correcto.