Parece que la escritura y la bicicleta son dos actividades que se complementan bien. Sólo hay que mirar la enorme lista de todos los autores cuyo otro pasatiempo era dar largos paseos en dos ruedas: Sylvia Plath, Conan Doyle, Tennessee Williams, Bradbury, Wells… y la lista sigue.
Tal vez el ejercicio y el pasar unos momentos desconectado del mundo y conectado a la naturaleza aumentan la creatividad. Existen innumerables beneficios de este hábito, además, nunca es demasiado tarde para aprender, ¿sabías que León Tolstoi, autor de Anna Karénina y Guerra y Paz, aprendió a andar en bicicleta a los 67 años?
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