El mundo es tan complejo que encontraremos sin duda millones de perspectivas distintas sobre la vida. Cada mente tiene su propia filosofía sobre la realidad, pero constantemente nos columpiamos entre el nihilismo y la utopía, entra la desesperanza y el optimismo. Extrañamente se ha construido un tabú alrededor de aquellos soñadores que imaginan su realidad dentro de un mundo utópico. Quizá porque la realidad choca de lleno con esta idea y porque requerimos de los altibajos para aprender, el caso es que el utopismo ha quedado relegado a lo prohibido. Y aunque el equilibrio siempre será el camino, un poco de pensamiento utópico es vital para seguir viviendo. Thomas More lo sabía bien.
Utopía de Thomas More nos presenta un mundo donde la sociedad es perfecta, libre de desigualdad y violencia. Es un lugar donde la repartición dispar no existe y donde todos los hombres persiguen celosamente el bien del pueblo. No obstante, dentro de esta perfección se esconde también un siniestro igualitarismo que luego con la llegada de las ideas de Marx es imposible no comparar con el socialismo. Quizá sea esta la razón del porqué el pensamiento utópico sea en veces, mal juzgado.
Pero existe también otra perspectiva que mira a Utopía de Moore no como una solución subversiva contra el sistema hegemónico, sino como una sátira del mismo. Tan extrema que roza lo absurdo y desemboca en la parodia. Aunque esto no podría confirmarlo más que el propio Thomas. Como quiera que sea, Utopía refleja las ideas de Moore y lanza una pregunta abierta al lector: ¿cómo sería tu propio mundo utópico?
Un equilibrio que no sólo es para los soñadores
No se trata de posicionarse en el siniestro igualitarismo, pero tampoco de caer en el sinsentido hasta tocar fondo en un nihilismo que no nos conduce hacia ningún lugar. Es más bien una provocación, un experimento mental que nos lleva al cuestionamiento del porqué de las cosas. En tal caso, nos abre la puerta hacia la imaginación sobre cómo sería más bien nuestro propio mundo utópico. Y a la vez, comprender que es una perspectiva muy subjetiva y personal.
Con esto en mente, descubriremos que existen tantas utopías como personas en este mundo. Y por lo tanto, no es el fin último estipular cómo debe conducirse el mundo, sino cómo debe conducirse cada uno. El utopismo es la voz audaz y valiente que desafía el status quo, así se producen los cambios más profundos. Se trata de atreverse a ir más allá de lo predicho, para imaginar cómo podríamos lograr un mundo propio mejorado. Es la única vía para los valientes, en un mundo lleno de jueces pesimistas.
Crédito de imágenes: Frank Moth