Por las tierras de Cherán, se pasean leñadores ilegales que han terminado con un 70% de los bosques de roble, que se les acusa de secuestros, extorsiones, asesinatos y violaciones contra los habitantes locales. Se dice que reciben protección del crimen organizado, por lo que se les ha dado pase libre por estas tierras.
Los locales de Cherán pidieron ayuda a las autoridades en repetidas ocasiones, sin embargo, a falta de respuesta, decidieron tomar la justicia en sus propias manos. Expulsaron a las fuerzas policiales locales y a los representantes de los partidos políticos, cerraron los caminos y patrullan las tierras, en busca de salvar sus árboles y la paz de su comunidad.
Desde noviembre, el gobierno mexicano otorgó a Cherán un grado de autonomía en el que se les permite gobernarse a sí mismos, esto dentro de un marco legal llamado “usos y costumbres” que se les ha otorgado a varias comunidades indígenas. La diferencia es que Cherán es la primera comunidad que se le concede este derecho como resultado de un conflicto entre los recursos naturales de la zona y el crimen organizado.
Los habitantes de Cherán dicen que se inspiraron en el movimiento zapatista que comenzó en Chiapas. En 1994, liderados por el subcomandante Marcos, pidieron mejores condiciones para las comunidades indígenas. Asimismo, Cherán ha inspirado a otras comunidades en Michoacán a tomar la justicia en sus manos, como en Opopeo o Santa Clara del Cobre.
Michoacán es el estado con el mayor ingreso de remesas en 2011 y lo que va de 2012. Aun así, la economía parece derrumbarse… así como los árboles. Una parte muy grande de la identidad de Cherán reside en sus bosques, por eso desde hombres ancianos hasta mujeres adolescentes han participado en la defensa de sus tierras. Por las noches hacen guardia en las calles; junto al fuego las mujeres cantan: “Yo he vivido, pero ¿qué le vamos a dar a nuestros hijos? Ellos no tendrán ni un leño como los que estamos quemando”.