En el mundo de los transgénicos, los científicos juegan un papel crucial, porque de sus publicaciones depende el conocimiento sobre las implicaciones de las modificaciones genéticas.
Es bastante cuestionable la labor de los científicos, cuando trabajan para corporaciones, pues, sus estudios están inmersos en un conflicto de intereses. La lógica indica que debieran favorecer a sus propios jefes.
En México recién se publicó un libro de científicos independientes, El maíz en peligro ante los transgénicos: un análisis integral sobre el caso de México, presentado por la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS). 50 científicos nacionales, te comparten sus posturas sobre el maíz comercial transgénico y sus implicaciones.
Son posiciones críticas, que con argumentos serios y probados, contextualizan las distintas aristas en que estos productos influyen: social, económica, ambiental….
Si se alcanza la comercialización transgénica en México, que por ahora está varada, cinco empresas entrarían en esta dinámica de venta, mismas, que tienen acaparado el mercado mundial de las semillas, y por tanto, también la seguridad alimentaria del mundo.
Entre los argumentos contra los transgénicos está el que “seis empresas transnacionales controlan entre el 60 y 70 por ciento de la producción mundial de semillas, mismas que han comenzado a introducir alimentos genéticamente modificados a escala planetaria, con lo que tienen cada vez mayor control sobre los alimentos que produce y consume la humanidad y se corre el riesgo de acabar como “esclavos de un monopolio gigantesco” para la producción de alimentos..” Asegura el científico José Sarukhán.
Te dejamos el enlace del sitio de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, donde encontrarás próximamente el libro, y la carta que enviaron al presidente Enrique Peña Nieto, para frenar definitivamente la comercialización de transgénicos.
En la discusión mundial sobre los transgénicos, suele argumentarse que los resultados científicos aún son imprecisos sobre los efectos de estos productos. Se tiene la noción de que aún se desconoce una verdad plausible.
Lo cierto es que existe evidencia de que las grandes empresas de transgénicos en el mundo, han incurrido en la cooptación de científicos, y el encubrimiento y censura de estudios contrarios a sus fines comerciales, además de prácticas abusivas con los campesinos.
Es elemental que la información fluya también desde científicos independientes, cuya opinión no esté supeditada a los intereses comerciales. Este libro es una atinada opción para ello.