El gobierno mexicano ha emprendido una serie de reformas para, supuestamente, crecer su economía. Estas modificaciones fueron aplaudidas por el entorno financiero mundial, pues genera posibilidades de inversión en el atrayente sector energético. Las voraces compañías petroleras apuntan a México, que por su recién aprobada reforma energética, compartirá utilidades petroleras con inversores privados.
En tal contexto, la revista Time, dedicó su portada al presidente Enrique Peña Nieto con el título “Saving México”. Tal cumplido causó indignación en sectores de la población que no creen que facilitar la economía globalizada sea la solución para los problemas (veinte años de apertura comercial no han significado una reducción en la pobreza). Entre los inconformes está GreenPeace, quienes como protesta expandieron una mega manta de 128 metros cuadrados, haciendo alusión a la revista, pero con la misma frase enmarcada en una interrogación. Es evidente que salvar a México con la promoción de los hidrocarburos no es coherente.
Seis activistas fueron detenidos en el acto, una de ellas enfrenta cargos por la ruptura de una lámpara. GreenPeace ha iniciado una campaña abierta para presionar al director de PEMEX, para que retiren la demanda por ser una evidente intimidación a la libertad de expresión. Rosina González, la chica denunciada, podría enfrentar de 4 a 10 años de prisión por haber dañado un foco, hecho por cierto, hasta hoy no comprobado. Peña Nieto no salva a México, mucho menos al mundo con prácticas contrarias al bienestar colectivo global. La promoción del petróleo como fuente de energía ya no es opción saludable para nadie medianamente informado. En México el 73% de la energía eléctrica se produce por la quema de hidrocarburos, cuando podría abastecerse 200 veces el consumo de los hogares con energía solar pura. La decisión de privilegiar el petróleo y sus derivados, es una afrenta que GreenPeace recalca pero que todos deberíamos cuestionar.