El plástico común, está hecho de poliésteres contaminantes, emanados de los hidrocarburos. Se ha encontrado que algunas bacterias, al consumir cierto tipo de azúcares, también generan esos poliésteres, pero biodegradables. En algunos países como Rusia, Brasil, Estados Unidos y China, ya se producen con ellos empaques, adhesivos, fibras y artículos desechables.
Como es usual, hay un gran enemigo para comercializar el nuevo plástico biodegradable: el mercado. Estos plásticos desarrollados con bacterias, aún son débiles para competir con los precios de los derivados del petróleo. Pero una incipiente noticia tiene el potencial de transformar el panorama.
Un grupo de científicos de la UNAM, la casa públlica de estudios más importante de México, están generando, que algunas bacterias mutantes (porque han intervenido sus condiciones ambientales, y genéticas) produzcan cantidades exageradas de poliésteres y, en consecuencia, que crecen y engorden, con el material biodegradable.
Lo anterior, se traduce en que si se persiste en la aceleraciónde poliésteres polihidroxialcanoatos (PHA), se podría competir con los precios de los plásticos derivados de hidrocarburos.
Los encargados del proyecto, Daniel Segura González y Guadalupe Espín Ocampo, pertenecen al Departamento de Microbiología Molecular del Instituto de Biotecnología (IBt). La bacteria que estudian es la Azotobacter vinelandii.
El proyecto tiene un potencial económico plausible, y evidentemente, presenta una posibilidad para proteger el ambiente en el mediano plazo, pues, al potenciar la producción de este plástico, también disminuirían sus precios.