Cada mujer vive de distinta manera el ciclo menstrual. Algunas se han detenido a explorar sus implicaciones, otras a encontrar las mejores herramientas y algunas más a investigar sus efectos en el cuerpo, todas con el mismo propósito de entender y aceptar lo que durante mucho tiempo fue (y aún es) estigmatizado por la sociedad.
Todavía la menstruación se padece, angustia y en ocasiones trauma. Desde que este ciclo inicia, se marca como un acontecimiento que remarca una especie de “castigo” divino. El estigma social hacia un cuerpo que sangra se relaciona inmediatamente con lo femenino, la maternidad, la posibilidad del sexo y muchas otras cosas más.
Sin embargo, las nuevas generaciones quieren aportar una visión distinta hacia este ciclo tan icónico de la mujer. Muchas mujeres hoy en día todavía reaccionan negativamente al ciclo menstrual: hay rechazo a los cambios hormonales, emocionales y físicos, sienten vergüenza por sangrar e incluso odio hacia el cuerpo, por sentir espasmos dolorosos.
El ciclo menstrual y la estigmatización social
Muchas mujeres se han vivido desagradables durante el período menstrual. El tabú sigue existiendo y empuja a las mujeres desde edades muy tempranas a esconder, mitigar o disimular este proceso natural para evitar molestar a la sociedad.
Por ejemplo, en Nepal todavía la comunidad aísla a las niñas que comienzan su ciclo menstrual. Muchas ideas siguen vigentes y la mayoría de ellas se fundamentan en supersticiones y pensamientos racionales, masculinos y mecanicistas.
Hasta el siglo XX y aún en la actualidad, parte de la sociedad considera la sangre menstrual como algo negativo y hasta contaminante. Pero, como escribió Marie Langer, psicoanalista pionera en el estudio de las mujeres, la reacción frente a la menstruación tiene que ser de aceptación y positiva.
De acuerdo con Myovant Sciences y Evidation Health, organizaciones que colaboraron en una encuesta digital sobre menstruación, más del 60% de las mujeres y hombres encuestados creen que existe un estigma en torno a la menstruación en la sociedad actual.
Esta es sólo la visión general y social del ciclo menstrual, pero cuando hablamos del área médica y la atención respecto al tema de la menstruación el panorama no cambia mucho. La medicalización de la vida sexual de las mujeres comenzó desde hace algunas décadas, cuando las pastillas y otros dispositivos fueron creados para controlar las hormonas, el sangrado, el embarazo, etcétera.
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Destapando la nueva visión sobre el período
Parece suponerse que la mujer necesita regular el ciclo para entrar en la norma social. Bajo esta lógica, sólo se universalizó el cuerpo y se borró la particularidad de la vivencia de cada mujer en cuanto al ciclo menstrual y su sexualidad en general.
Ahora, la investigación sobre el ciclo menstrual se ha abierto para aquellas mujeres que buscan desmitificar este proceso natural. Por ejemplo, hay actualmente en curso un estudio que evalúa los efectos positivos de la menstruación en el cerebro, como una forma de contrarrestar las creencias sobre el impacto negativo de las hormonas.
Silvia Marchetti
Es real que algunas mujeres sienten cambios hormonales durante su período. Para ser exactos, cerca de un 55% de las encuestadas por Female Forward experimentan cambios de humor, entre otros síntomas como la motivación por el sexo.
Sin embargo, es peligroso e irresponsable catalogar las afecciones de las mujeres durante el ciclo menstrual bajo frases como “está hormonal” o “está en sus días”. Sobre todo porque (aunque no se hable mucho de ello) los hombres también tienen hormonas y cambios hormonales.
La transformación positiva del ciclo natural
Pero esta vez hablaremos de los cambios que produce el ciclo menstrual en el cerebro. Y no, no es nada negativo, sino todo lo contrario. Resulta que las mujeres son expertas en ciertas habilidades después de su período, tales como la conciencia espacial. A lo largo del ciclo menstrual, el cerebro cambia. Esta transformación puede influir desde en la capacidad para dejar de fumar hasta en los sueños que tiene una mujer cada noche.
Con el fin de entender mejor los cambios, el Centro de Investigación de Gerontología de Estados Unidos analizó el rol de las hormonas en el ciclo menstrual. El estudio se realizó con 16 mujeres antes y durante su período. El resultado fue en verdad increíble: cuando las hormonas femeninas eran más altas la memoria del subconsciente creció, es decir, fue mucho mejor. Esto se debe a que la hormona estrógeno afecta el hipocampo y mejora el almacenamiento de los recuerdos.
Sonika Sil
Otro buen beneficio
Asimismo, el período produce cambios en la región del cerebro de la amígdala, en la cual se procesan las emociones, en especial el miedo. Esta habilidad permite que se tengan mejores juicios morales. Esto se debe a que se está más atenta a las posibles consecuencias, y justo durante el ciclo menstrual esta habilidad alcanza su pico máximo.
Otro de los principales efectos positivos es que hay una gran diferencia entre el cerebro femenino y masculino. Las mujeres tienden a utilizar ambos lados del cerebro y los hombres sólo un lado. Esta diferencia se observa intensamente durante el período, ya que la actividad cerebral en ambos lados es extrema cuando los niveles hormonales aumentan.
La ventaja es que estos cambios cerebrales permiten una mayor flexibilidad en el pensamiento. El cerebro se vuelve menos lateralizado, lo cual conduce al desarrollo de muy diversas estrategias y soluciones. Hasta ahora, estos hallazgos han ampliado el panorama sobre los efectos de las hormonas en el ciclo menstrual. La próxima vez que alguien se refiera a ti diciéndote que “estás hormonal”, piensa que tu cerebro está en medio de una revolución del pensamiento fascinante y muy productiva.