Asesinados en México más de 20 activistas ambientales desde 2006

Asesinados en México más de 20 activistas ambientales desde 2006

Asesinados en México más de 20 activistas ambientales desde 2006

México es un país rico en biodiversidad y recursos naturales, los cuales se ven amenazados de manera sistemática por el avance de distintas industrias, como la minera o la forestal, además de los intereses del narcotráfico, los cuales dictan qué plantas producen ciertas comunidades. El único contrapeso frente al desinterés o la complicidad de las autoridades es el activismo civil –sin embargo, esta se ha vuelto una peligrosa actividad, la cual ha cobrado las vidas de muchas personas.

Eva Alarcón y Marcial Bautista denunciaron amenazas en su contra por parte de personas no identificadas desde diciembre del año pasado; se encontraban realizando actividades de conservación en las montañas del estado de Guerrero cuando desaparecieron sin dejar rastro. Ellos son sólo dos de los más de 20 defensores del ambiente asesinados durante los últimos seis años en México.

Y es que los activistas “se enfrentan a una mezcla de poderes fácticos y corrupción gubernamental. Si revisamos los casos vemos que son gente que mayoritariamente defiende sus tierras frente a compañías con intereses económicos que compran voluntades políticas”, según Jesús Robles Maloof, abogado especializado en derechos humanos.

Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos informó que entre 2006 y 2009 al menos once personas fueron asesinadas, entre los que se cuentan casos como el de Aldo Zamora, defensor de los bosques del Estado de México asesinado a golpes por los talamontes, o el de María Edy Fabiola Osorio, activista opositora a la construcción de un muelle en la laguna de Pie de la Cuesta en Acapulco, Guerrero; en México, enfrentarse a las grandes corporaciones, públicas o privadas, pone en peligro la vida de los activistas.

Desde los manglares en Nayarit hasta la reserva sagrada en el desierto de Wirikuta en San Luis Potosí, al riesgo de la explotación indiscriminada de los recursos naturales se suma el peligro que corren cotidianamente quienes tratan de preservar el patrimonio natural del país. Sin embargo, sin la labor que estos hombres y mujeres realizan cotidianamente, el avance de la tala inmoderada o la minería excesiva sería aún más arrollador.

[El País]

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