¿Quién que conozca realmente el trabajo de Greenpeace -una organización pacifista por definición- creería las mentiras de un cuerpo militar acusándola de piratería? Más de 40 años de activismo en el mundo avalan las acciones de Greenpeace, cuyo único objetivo es preservar el medio ambiente. Por eso, que se pretenda acusar a esta organización de piratería, de haber causado las heridas de una activista y de mentir; que se pretenda proceder legalmente contra la organización y que se le incaute un barco tras realizar una protesta civil pacífica es indignante e inverosímil.
El sábado 15 de noviembre de 2014 una de las embarcaciones de Greenpeace, el Arctic Sunrise, ocupó el punto en el mar en Canarias, España, en el que la petrolera Repsol quería iniciar las prospecciones en búsqueda de petróleo en aguas profundas, a fin de realizar una protesta civil pacífica contra dichos planes que ponen en riesgo al ecosistema marino y condenan a la sociedad a un modelo energético basado en los combustibles fósiles y a más cambio climático.
A las 7:30 hrs, dos botes rápidos procedentes del barco de Greenpeace se pusieron en el agua para acercarse al buque plataforma de Repsol. A los pocos minutos fueron embestidos violentamente, tres veces, por los botes de la Armada española, tirando a una activista al agua, quien quedó gravemente herida en una pierna y sufrió numerosos cortes. La Armada afirmó que el corte fue con los botes propiedad de Greenpeace, pero la Armada miente… Miente porque las dos lanchas que participaron en la acción no tienen hélices; son botes con propulsión a chorro. En un intento por sostener esa mentira, la Armada fotografió y movió en redes sociales una foto del bote usado para medios de comunicación, pero ese no estaba cerca del accidente. Afortunadamente, todo quedó registrado en video.
En ese sentido, queremos reiterar que quien miente no es Greenpeace
¿Una activista de 21 años, de poco más de 50kg de peso, abordando sola una plataforma de prospecciones de 230m de longitud, frente a un buque de la Armada?, ¿cayéndose sola al agua, cortándose con las hélices de su zodiac? ¿Y la Armada tuvo que ir a socorrerla y salvarla? Dudo que alguna persona haya llegado a creerse esta historia. No sabemos muy bien qué pasaba por las cabezas del gabinete de comunicación de la Armada cuando decidieron sacar un comunicado con esta versión. Probablemente no contaron con que 1 hora más tarde saldrían las imágenes de lo que realmente pasó.
Y no conformes con mentir, ahora el Ministerio de Fomento de España -encargado de proponer y ejecutar las políticas de infraestructura para transporte terrestre, aéreo y marítimo- inició un procedimiento sancionador en contra del capitán del barco Arctic Sunrise de Greenpeace, Joel David Stewart, por una supuesta “infracción contra la ordenación del tráfico marítimo”, hecho tipificado como muy grave en la legislación de ese país y que puede ser sancionado con una multa de hasta 300 mil euros.
Además, la Dirección General de la Marina Mercante, que depende del Ministerio de Fomento, ha comunicado al capitán la retención del buque como medida cautelar hasta que los inculpados designen domicilio en España a efectos de notificaciones y constituyan aval o garantía suficiente por valor de 50 mil euros.
Greenpeace apelará este proceso sancionador a medida, por considerarlo totalmente desproporcionado. La organización ambientalista nunca elude la acción de la justicia, pero no aceptará una medida que considera un atropello. La organización ambientalista señala que, detrás de esta medida, se quiere esconder la también desproporcionada actuación de la Armada.
En España, en México y en todo el mundo, Greenpeace trabaja por la protección al medio ambiente, la justicia y la paz y seguirá haciéndolo a pesar de los intentos de los gobiernos por criminalizar la protesta social y de otros medios con los que intentan amedrentar su labor.
Twitter del autor: @PrensaGPMX