La más memorable literatura fantástica ha utilizado el recurso del diálogo para trasmitir las probables personalidades de animales y quimeras que hablan: Moby Dick, Animal Farm, Le Petit Prince, Alice in Wonderland y hasta The Never Ending Story. En este contexto, se ha introducido al imaginario la racionalización de estos seres, y se ha puesto en sus mentes y hocicos pensamientos humanos imposibles de conjeturar en cualquier animal, pero que sugieren alguna clase de lección o moraleja para los hombres. Aún así, desde pequeños hemos sido acostumbrados a escuchar hablar animales.
No obstante, la suerte de encanto que representa la misteriosa comunicación animal, junto con los avances tecnológicos, podrían estar a punto de cumplir estas fantasías y proveernos de un traductor de lenguaje animal. Esta idea que pareciera descabellada a los ojos de cualquiera, comenzó con los estudios sobre comunicación animal que el doctor Con Slobodchikoff, biólogo de la Northern Arizona University, realizó a perros de la pradera, seres que tienen un sofisticado sistema vocal. Descubrió que utilizan diversas frecuencias, por ejemplo, para distinguir entre predadores, incluso el tamaño de cada uno, y que lo comunican a su jauría con diversas frecuencias.
¿Y cómo se crea un traductor de lenguaje animal?
A partir de estos hallazgos, Slobodchikoff desarrolló un algoritmo que, de manera muy básica, traduce dichas frecuencias al inglés. Hasta ahora, se sabe que puede implementarse en perros y gatos domésticos. Y aunado a otros métodos de traducción —por ejemplo, del lenguaje corporal o las expresiones del rostro—, eventualmente podremos hacer una traducción mucho más precisa. Eso es lo que Slobodchikoff pretende hacer desde la compañía que fundó el año pasado, Zoolingua, con la que pretende confabular un traductor de lenguaje animal sofisticado y preciso.
Todo el conocimiento recopilado por él y su equipo podrá ser usado para crear los algoritmos necesarios para el traductor, mismo que será muy preciso por la profundidad con la cual estudian el lenguaje animal. Además, la investigación sobre lenguaje canino ha sido un tópico recurrente en la ciencia. En los lobos, por ejemplo, se ha podido estudiar cuán avanzado es su lenguaje, el cual, con base en aullidos y miradas, expresa casi tanto como nosotros expresamos con el habla.
Lo mejor es que, en el caso de los perros, se tiene la ventaja de que por la propia evolución que han tenido cercana del hombre, han ido generando mecanismos en el cerebro para comprender, tanto algunas palabras, como el significado de la entonación con la cual las pronunciamos. Por supuesto, esto tiene sus limitaciones. Y aunque es más probable que los animales domésticos nos entiendan mejor a nosotros que viceversa, este traductor pone en la mesa la promesa científica de que muy pronto, será viable comunicarnos directamente con ellos. ¿Puedes imaginar, qué cambios ocurrirían en el mundo, de transmitir sentimientos con animales a través del habla?