Rara vez la ciencia puede estudiar seriamente cosas tan intangibles como la bondad, el amor, el odio o la empatía de manera metódica. Y es que las emociones no son medibles o cuantificables más que, quizá, bajo muy precisas condiciones. No obstante, un grupo de investigadores del Science Journal condujeron un experimento que, aunque les costó medio millón de dólares, demostró el grado de empatía que existe en cada país. Por supuesto, no de manera inequívoca, pero sí bastante acertada.
Este grupo de investigadores “perdió” 17,000 carteras en ciudades de todo el mundo para descubrir cómo reaccionarían las personas ante un hallazgo semejante. Lo que los científicos querían averiguar era cuántas personas las devolverían, pues las carteras contenían siempre la información de contacto del hipotético dueño. Así que no había excusa.
Algunas carteras contenían algo de dinero y una llave,
mientras que otras no tenían nada.
Lo único que cambiaba es que algunas carteras perdidas en ciudades de países como Gran Bretaña, Estados Unidos o Polonia tenían más dinero que las demás, aunque en dichos países también se “perdieron” carteras sin dinero.
¿Sabes en qué países no deberías perder tu cartera?
Lamentablemente México es uno de ellos, junto con Marruecos, Perú, China y Chile. Mientras que los países en los que más probablemente te devolverán tu cartera son los nórdicos: Suiza, Noruega, Suecia y Dinamarca, aunque también podrías contar con suerte en Australia, República Checa o Croacia.
Según la gráfica, los puntos amarillos son el porcentaje de carteras sin dinero que –de izquierda a derecha– fueron devueltas, mientras que los puntos rojos son el porcentaje de carteras con dinero que también fueron devueltas. Conforme el país se va hacia la derecha, significa que menos carteras fueron devueltas. Como demuestran estas cifras, hay países en los cuáles ni siquiera el hecho de que una cartera no contenga dinero es suficiente para hacer que sea devuelta, en lo que no es sino un simple acto de buena voluntad.
Así, este peculiar experimento demuestra que nos hace falta menos codicia y más empatía. Lo bueno es que podemos estimular la empatía a diario a través de muchos hábitos cotidianos. Y vaya que esto hace falta si queremos evolucionar colectivamente.
Y tú, ¿cuántas carteras has devuelto?