Los aceleradores de partículas son masivos dispositivos tecnológicos que, pese a su aparente pertenencia al mundo de la ciencia ficción, resultan estar profundamente imbricados con nuestra vida cotidiana. Por eso, es de suma importancia ―y una noticia digna de celebrarse― que en México se construirá el primer acelerador de partículas, también conocido como sincrotrón, el cuál será el segundo en América Latina, después del LNLS en Brasil.
¿Qué es un sincrotrón?
El sincrotrón es un acelerador de partículas ―concretamente, de electrones― que alcanzan la velocidad de la luz y que producen por ello un brillo más potente que los rayos del sol, 1 billón de veces más intenso que la luz normal. Por eso, los sincrotrones en todo el mundo han funcionado como una fundamental fuente de luz con la cual es posible estudiar la estructura y las propiedades de muchos objetos que, de otra manera, serían invisibles al ojo humano.
Este 29 de marzo se anunció en la Ciudad de México la construcción del primer acelerador de partículas mexicano o sincrotrón, en el estado de Hidalgo, que se verá como esta imponente estructura en Barcelona, el ALBA:
La luz sincrotrón llega así a las estaciones de trabajo y laboratorios
que forman parte de la estructura del acelerador de partículas.
El acelerador de partículas funciona como un cañón que dispara electrones que se aceleran mediante energía magnética y eléctrica, y que giran por horas en el vacío de la enorme estructura en forma de anillo. Este gadget gigante tendrá propósitos más allá de estimular nuestra fantasía ―que sin duda tiene un affaire con la ciencia ficción―, e incluso más allá de buscar los orígenes del universo ―con quien también tenemos un affaire e innegable vinculo―.
Porque, además, el sincrotrón reinventará la investigación científica en diversos ámbitos, desde la producción eléctrica hasta la farmacéutica, e incluso podría ser de ayuda en el descubrimiento de nuevos tratamientos contra el cáncer o la diabetes.
Es por eso que la luz, y diríamos que también la ciencia, están de fiesta. Porque este primer acelerador de partículas nos ayudará a echar luz sobre el futuro de México, y a posicionarnos en un lugar importante dentro de la producción e innovación científica global.