Comprobado: las mascotas también pueden parecerse a sus dueños a nivel psíquico y emocional

Comprobado: las mascotas también pueden parecerse a sus dueños a nivel psíquico y emocional

La ciencia comprueba lo que ya sabíamos. Pero, ¿exactamente qué significa esto?

Muchas veces nos hemos preguntado qué es lo que nos une a nuestra mascota. ¿Afecto, soledad, suplencia…? ¿O quizá un lazo mucho más profundo? En un nuevo estudio se comprobó algo que podría darnos pistas al respecto y que, de hecho, invierte la pregunta: ¿qué es lo que une a nuestra mascota a nosotros?

Al parecer, se trata de un vínculo a nivel psíquico mucho más potente de lo que podríamos pensar. Aquello de que las mascotas se parecen a sus dueños ya no es sólo una intuición, sino una cuestión comprobada científicamente y que viene a demostrar la importancia de las mascotas en la vida cotidiana. Más aún: es una muestra del poder de nuestra psique y de las emociones en general.

 

Cómo nuestra personalidad impacta sobre nuestras mascotas

El estudio fue realizado por la Universidad de Nottingham Trent y la Universidad de Lincoln, y publicado en PLOS ONE. Buscando indagar en las interacciones en los núcleos familiares, así como en el cambio experimentado en la subjetividad animal en éstos, los investigadores observaron la personalidad de un grupo de 3,000 gatos, y pidieron a sus dueños llenar algunos formularios. Estos formularios tenían como fin conocer los hábitos de cuidado de los dueños, a la par de algunos rasgos de su personalidad, a través de un método que permite conocer niveles de afabilidad, extroversión, neurotismo, apertura y otros estándares.

Los científicos encontraron que los gatos cuyos dueños presentaban mayor tendencia a la neurosis solían tener problemas de ansiedad, así como un carácter más agresivo o miedoso y mayor probabilidad de tener sobrepeso. A su vez, en el caso de los dueños con rasgos extrovertidos y abiertos existía una correlación de buen carácter y afabilidad en el gato, así como una buena salud y peso normal.

Así que, más allá de que las mascotas se parecen a sus dueños –física y mentalmente–, algo es seguro: lo que sentimos tiene la capacidad de trascender nuestra mente e irradiar a otras psiques. Nuestras actitudes para con el mundo afectan a los demás, incluidas nuestras mascotas, y son altamente contagiosas. De la misma forma, es indudable que las mascotas producen cambios en nosotros, casi siempre positivos.

Estos lazos son a tal grado poderosos que pueden llegar a producir una especie de telepatía con nuestros animales: una forma de comunicación invisible, basada en intuiciones y en una conexión profunda. Seguro tú también lo has sentido. ¿Y sabes qué? Todo esto no hace sino demostrar que compartir el mundo con los animales nos ha hecho evolucionar. ¿No crees?

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