Estos prototipos de peces robóticos, de Shoal Consortium, proponen una forma de sondear el agua de los puertos europeos para reportar en tiempo real los niveles de contaminación.
Estos peces no necesitan un control remoto; pueden decidir por sí solos qué rumbo tomar: cuentan con un sonar para detectar obstáculos, una hélice-cola que les permite navegar de forma silenciosa y eficiente y un sistema de comunicación entre las unidades. Así, calculan caminos que no se acerquen mucho a los otros peces o que no se alejen de la base.
La ventaja de estos peces es que ya no es necesario mandar unidades de buzos a tomar medidas periódicas sino que ellos reportan en tiempo real, por ejemplo, si encuentran una fuga en el puerto, puede ser reparada con mayor velocidad. Esto es gracias al sistema interno que permite el flujo del agua dentro de las unidades y que revisa la cantidad de químicos que contiene.
La generación actual de peces robóticos cuesta alrededor de 20 mil libras (poco más de 30 mil dólares). Cada pez mide metro y medio de longitud y emula la forma de nadar de un pez real.
https://www.youtube.com/watch?v=z-XI9MrU1iM
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