Una gran rama del movimiento nazi fue dedicada a la ciencia. Se dice que Estados Unidos construyó sus armas atómicas con base en los estudios de los científicos nazis. Dentro de los conocimientos en los que se adelantaron al resto del mundo fue la deriva continental.
Todo comenzó con un meteorólogo y astrónomo llamado Alfred Wegener. Aunque no era un experto en geología, propuso las bases del movimiento de los continentes.
Por años se le despreció, se pensó que estaba chiflado y que su trabajo era pseudociencia. No le importó: reunió evidencia, corrigió detalles y estableció 6 posibles mecanismos para explicar la deriva de los continentes. Finalmente se embarcó en una expedición hasta Groenlandia, donde falleció.
Tiempo después, su propuesta encontró aceptación entre los nazis.
En el artículo “And Yet They Do Move”, el escritor K. von Philippoff defendió las ideas de Wegener y mostró cómo América y Europa cada vez se encontraban más alejados. Además, encontró que eso explicaba las diferencias geológicas y biológicas de las especies de ambos continentes.
Así fue cómo unos de los más grandes villanos de la Historia se adelantaron en al menos el campo de la geología.
[disinfo]