Las hormonas y las neuronas juegan un papel en nosotros equivalente al que jugaba Hermes en la mitología griega: el de hacer llegar mensajes a distintos lugares.
Como es de esperarse, cualquier mensaje ocasiona una cierta reacción: por ello no cuesta imaginar que un mensaje de Hermes pudiese provocar hasta una guerra en el Olimpo. Lo mismo pasa en nuestro cuerpo y mente cuando las hormonas y las neuronas se comunican entre sí; o cuando entregan mensajes en distintas partes de nuestro organismo.
Es gracias a estas “entregas y recibimientos” que el cuerpo y la mente son capacer de comunicarse entre sí. Aunque el correcto equilibrio de esa comunicación jamás está asegurado, y dependerá en gran medida de nuestros hábitos que funcione óptimamente.
La neurociencia de la unión cuerpo-mente
El sistema endócrino, presente en el tejido y en órganos como el páncreas, los riñones y el corazón, es el encargado de producir hormonas, las cuales actúan directamente sobre las neuronas. Éstas, a su vez, son controladas por la glándula pituitaria, que secreta agentes en la sangre que actúan como estimulantes del sistema endócrino.
¿Te perdiste? Lo que sucede es que esa es la base de la comunicación cuerpo-mente explicada neurocientíficamente, y no es tan sencilla como pudiera pensarse.
Básicamente es una comunicación ininterrumpida entre la glándula pituitaria (neuronas) y el sistema endócrino (hormonas)
Saberlo no sólo puede reforzar cualquier argumento sobre la realidad de la unión cuerpo-mente (que suele estar peligrosamente cerca de la retórica new-age), sino que puede ayudarnos a comprender mejor las bases de nuestro equilibrio y cómo mantenerlo.
¿Qué te dicen tus hormonas? ¡Atención hombres!
Alberto Martini
Concentrémonos en las hormonas: éstas no sólo son importantes para las mujeres, sino que engloban una serie de acciones que todo organismo, del género que sea, debe llevar a cabo de manera óptima.
Respuestas al estrés, digestión, crecimiento, metabolismo, son todas funciones que las hormonas están encargadas de regular. Incluso, son las hormonas sexuales (testosterona en hombres y estrógeno en mujeres) las que crean los géneros sexuales en el cerebro. Pero un desequilibrio en éstas puede afectar todo el comportamiento: desde cómo percibimos el dolor, hasta como resolvemos los problemas cognoscitivamente.
Por eso, son las hormonas las que pueden romper nuestro equilibrio.
Por ejemplo, en el caso de una sobreproducción de hormonas cortisol (de estrés) se altera la función cerebral, incluyendo la capacidad de aprendizaje y otras funciones. En el caso de los hombres, según la revista New Scientist, se están descubriendo síndromes asociados a la sobreproducción de cortisol, lo que se está dando a conocer como “síndrome del hombre irritable”.
Así que, seamos mujeres u hombres, debemos estar al tanto de nuestras hormonas y su correcto funcionamiento, el cual podemos optimizar realizando diversos hacks para balancear su nivel y evitar tratamientos que podríamos no necesitar.