Martin Riddiford y Jim Reeves trabajaron por cuatro años en la GravityLight. Una lámpara económica que se activa con el peso de una bolsa de arena, tierra o piedras y que dura encendida gracias a la gravedad.
El objetivo de estos dos diseñadores londinenses es ofrecer una alternativa verde y económica para millones de habitantes de África y Asia que aún dependen de las lámparas de queroseno a pesar de sus terribles consecuencias.
El World Bank estima que 780 millones de mujeres y niños alrededor del mundo, inhalan un volumen de humo equivalente a fumar dos cajetillas de cigarros al día (es por ello que el 60% de las mujeres con cáncer de pulmón en países en vías de desarrollo no son fumadoras). El humo también puede provocar infecciones y cataratas, mientras que 2.5 millones de personas (sólo en India) sufren de quemaduras. Mientras tanto, el costo del queroseno sólo para la iluminación es del 20% de los ingresos de un hogar.
Por otro lado, la GravityLight se acciona con materiales que se encuentran en todos lados: sólo hay que rellenar una bolsa con 9 kilos de arena, tierra o piedras y dejar que la gravedad haga su trabajo. La lámpara se mantendrá encendida en lo que desciende la bolsa, unos 30 minutos, pero la duración y la intensidad pueden controlarse. Además, contiene dos salidas para cargar dispositivos eléctricos, como radios, celulares o baterías.
Finalmente, se espera que la GravityLight, una vez que pase de la fase de prototipo, cueste poco menos de 5 dólares. Así, “la inversión de los habitantes se les regresa en sólo tres meses de no utilizar queroseno”, dice Jim Reeves.
La ventaja de esta lámpara es que no necesita ningún esfuerzo físico (como ciertos generadores de energía que requieren girar una manivela por 3 minutos continuos, para obtener 30 de luz) o dispositivos muy costosos (como ciertos dispositivos que necesitan energía solar o de viento).
Aquí un video (en inglés) de Riddiford y Reeves que explican su proyecto: