Las células de Henrietta Lacks, guardan una historia sorprendente de inmortalidad. La inmortalidad ha aparecido en la literatura desde tiempos inmemoriales. Quizá temida por algunos, anhelada por otros, lo cierto es que no hemos llegado a tal descubrimiento. Al menos no en la forma en que muchos quisieran, pero Henriertta Lacks ha cruzado la barrera de permanecer por largos años en el mundo, aunque, a decir verdad, ella está muerta.
Henrietta Lacks, una mujer descendiente de esclavos afroamericanos, murió un 4 de octubre de 1951, con tan solo 31 años de edad. El hospital Johns Hopkins la recibió, ya que era el único hospital del área en aceptar afroamericanos. Lacks se quejó de un doloroso bulto en el cuello uterino y de un sangrado vaginal. Ese mismo día le diagnosticaron cáncer cervical.
Retrato completo de Henrietta Lacks en la National Portrait Gallery.
Pero su caso llamó la atención del ginecólogo examinador, el Dr. Howard Jones, ya que la apariencia del tumor era distinta a cualquiera antes visto. Así que antes de iniciar el tratamiento contra el tumor, le fueron extraídas células muestra del carcinoma para su investigación.
Cabe resaltar que Henrietta nunca se enteró de esto, el consentimiento no fue parte de esta historia. Situación muy común en aquella época. Más tarde, Lacks recibió radioterapia como tratamiento por varios días sin resultado alguno. Murió en el hospital a causa de una insuficiencia renal.
A pesar de ello, de alguna u otra forma ella sigue presente en este mundo y ha salvado millones de vidas involuntariamente. ¿Cómo pasó esto? Las muestras de células obtenidas de su carcinoma, terminaron en el laboratorio de George Otto Gey, quien descubrió que no eran iguales a cualquier otra célula antes vista.
HeLa las células inmortales
Gey había estado preparando numerosos cultivos celulares, no obstante, se encontró con la dificultad de que ninguno sobrevivía más allá de unos días. Hasta que las células de Henrietta llegaron a él. Gey descubrió que sus células se mantenían vivas e incluso sobrevivieron al límite de divisiones en otras células (alrededor de 50 divisiones).
La consecuencia de alcanzar este límite conocido como Hayflick en células normales, es que acumulan numerosas mutaciones, estrés metabólico y telómeros acortados. La única solución es la inducción a la muerte celular. Pero las células de Henrrietta, superaron en demasía el límite Hayflick.
Tom Deerinck
Gey nombró a esta muestra de células como HeLa (acrónimo de Henrietta Lacks). Las características halladas en la muestra HeLa supuso un enorme avance para la investigación médica y biológica. Gracias a ella se alcanzó la cura contra la poliomielitis, aunque no es lo único que ha hecho por la humanidad.
Sus células han sido reproducidas masivamente, tan así que alcanzan las 20 toneladas de células HeLa, masa que sin duda supera en demasía el cuerpo de Henrietta.
Las muestras HeLa se han enviado a científicos de todo el mundo y han participado en investigaciones sobre el cáncer, sida, radiación, mapeo genético e incontables fines científicos. Además, han ayudado al testeo para investigar la sensibilidad de la piel humana a cosméticos, cintas adhesivas y áreas inimaginables.
La historia de Henrietta es sin duda excepcional. A pesar de que sus células se tomaron sin su consentimiento, la ciencia hoy en día le da el crédito por salvar millones de vidas. Además es una lección de consenso frente a la toma de muestreos de pacientes enfermos. Así culmina la historia de las células inmortales de Henrietta Lacks.