La muerte del oso Cachou en España hace unos meses causó indignación entre las comunidades conservacionistas, no obstante, a otro sector parece haberle alegrado. Los conflictos por el territorio, y la incapacidad de generar una coexistencia saludable, han llevado a España a lanzar el primer juicio por delito contra fauna, por el aparente asesinato del oso Cachou.
Este caso llama la atención por su clara evidencia de egoísmo humano que sobrepasó los límites de la ética profesional y culminó con el aparente asesinato del oso Cachou. Un oso pardo que habitaba en el Valle de Arán, fue descubierto muerto en un barranco en mayo de 2020. Al principio parecía una muerte natural, no obstante, conforme avanzaron las investigaciones, la autopsia reveló que se trató de un caso de envenenamiento con anticongelante.
Por esta razón, las autoridades locales comenzaron el primer juicio por delito contra la fauna silvestre. Como parte de la investigación la síndica de Arán, María Vergés, ordenó intervenir las líneas telefónicas. Gracias a esto salieron a la luz nuevos indicios de un posible responsable tras el envenenamiento del oso Cachou. Y lamentablemente, parece que el mismo órgano que debió haber respaldado la conservación del oso, está implicado en el envenenamiento.
Violación de ética profesional
El principal sujeto de investigación resultó ser Aran Medan, uno de los guardias forestales que tuvo acceso directo a los datos de localización del oso pardo que contaba con un dispositivo GPS. Se supone que dicha información debía ser confidencial, no obstante, según las evidencias, Medan compartió indiscriminadamente su localización en distintas ocasiones. Además, el sospechoso pertenecía a un grupo de Whatsapp con más de 140 miembros, bautizado como ‘Plataforma Antiosos’.
Agents Rurals / CGS
Al parecer diversos ataques a cabra, ovejas y caballos por parte del oso Cachou, le valieron la fama de conflictivo en la comunidad española. Según la información recabada por las autoridades, en diversas ocasiones algunos miembros de esta plataforma mostraron sus intenciones de acabar con la vida del oso pardo. E incluso han salido mensajes a la luz de la supuesta alegría que causó el deceso del oso entre los detractores de la vida silvestre.
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Actualmente la investigación sobre las circunstancias de la muerte del mamífero, se encuentra bajo secreto de sumario por decisión de las autoridades. Esto con la finalidad de proteger la investigación y llegar hasta el esclarecimiento del caso. Pero se sabe que la autopsia reveló envenenamiento por anticongelante, mismo que se produjo el 26 o 27 de marzo de 2020. La autopsia también reveló que Cachou pasó una agonía lenta y dolorosa desde aquel día, hasta el 30 de marzo en que se fija su muerte.
Consejo General de Arán
El caso de la muerte del oso Cachou, hace más que evidentes los conflictos entre la naturaleza y el ser humano, que está ocasionando la extinción de miles de especies. Y deja claro el tamaño del egoísmo humano que roza niveles que resultan incomprensibles para quienes sí están comprometidos con el cuidado de la naturaleza. Un caso para reflexionar la necesidad de coexistencia entre todos los seres vivos del planeta.