La Gravedad Cero Del Espacio Encoge Nuestro Corazón, Literalmente

La gravedad cero del espacio encoge nuestro corazón, literalmente

Antes de explorar o viajar por el espacio debemos considerar que la gravedad cero encoge el corazón afectando su desempeño.

Ser astronauta es el sueño de muchos. Explorar el espacio, mirar el planeta desde una perspectiva distinta y admirar la inmensidad del cosmos es cautivador. Sin embargo, explorar el espacio tiene su precio, uno de los más comunes es que el corazón se encoge debido a la gravedad cero. Después de todo, somos seres terrestres.

Esto es exactamente lo que vivió el astronauta Scott Kelly, quien volvió del espacio con un corazón encogido a una cuarta parte de lo que era. Se estima que el año que pasó Kelly en el espacio tuvo efecto en su órgano, ya que todos los días tenía que hacer un máximo esfuerzo para bombear sangre a todo el cuerpo, pero ¿por qué sucedió?

La gravedad cero del espacio encoge nuestro corazón, literalmente

Todo indica que la gravedad de la Tierra apoya al corazón en su tarea, pero en el espacio todo es distinto. Debido a que en el cosmos hay gravedad cero es más complejo para el corazón generar impulso para llenar de oxígeno todo el cuerpo.

Para evitar que su corazón colapsara, el astronauta tenía que completar una serie de ejercicios para ayudar a su organismo a funcionar de forma correcta. Ciertamente no es tan sencillo para los órganos soportar la presión del universo.

Los efectos del corazón que se encoge en el espacio (y en el agua)

Después de 12 meses Kelly volvió a la Tierra y su corazón reflejaba el tiempo en el espacio. Aunque el órgano como tal sigue en movimiento, su capacidad de funcionamiento disminuyó y se atrofió. Estas secuelas eran de alguna manera normales, ya que se sabe que el cuerpo humano no es apto para pasar mucho tiempo en el espacio sin sufrir algún cambio.

Hoy en día, el corazón de Kelly es 27% más pequeño de lo normal. La buena noticia es que no ha sufrido ningún efecto o síntoma grave de esta reducción cardíaca. No obstante, parece que no sólo en el espacio nuestro organismo disminuye sus habilidades.

La gravedad cero del espacio encoge nuestro corazón, literalmente

Scott Kelly

El nadador Benoit Lecomte también sufrió un efecto similar mientras intentó cruzar el océano Pacífico. Tras recorrer 2,821 kilómetros, el nadador tuvo que ser interrumpido por una falla en su bote, pero la sorpresa fue cuando lograron observar que su corazón había experimentado una disminución de tamaño.

Después de varias horas la presión sobre el corazón de Lecomte fue la misma que para el astronauta. El volumen del órgano se adelgazó, aunque sin ninguna consecuencia de por medio para su vida.

Por el momento los científicos consideran que las personas que viven situaciones extremas externas pueden experimentar este adelgazamiento. Pero, hasta ahora, no hay señales de que afecte su existencia. ¿Estarías dispuesto a que tu corazón se encoja en el espacio?

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