Las salsas de curry son apropiadas para acompañar arroces y verduras. Una salsa muy sabrosa y fácil de elaborar es la preparada con una cebolla, un diente de ajo, unas rodajas de jengibre, mantequilla, vino blanco, caldo de vegetales, nata y curry.
Para elaborarla, se pelan la cebolla, el ajo y el jengibre, y se cortan en trozos muy pequeños. Tras cocinarlos a fuego suave en una cazuela con un poco de mantequilla, se retiran del fuego y se añade el curry en polvo o en pasta. Es importante hacer esta mezcla fuera del fuego para que el sofrito no se queme.
Cuando la mantequilla se impregna con el curry, se añade una copa de vino blanco y se sube el fuego para que se evapore el alcohol. A continuación, se moja con nata líquida y el caldo, se deja hervir a fuego suave durante 12 minutos y se pone a punto de sal.