Desde hace 20 años, el Centro de Política y Ley Ambiental de la Universidad de Yale desarrolló el Índice de Desempeño Ambiental (EPI, por sus siglas en inglés); un método utilizado para evaluar el desempeño de las políticas verdes de 180 países alrededor del mundo. De esta manera se ha podido destacar, a muy grandes rasgos, cuáles son los países que más y que menos cuidan el medioambiente.
Los 24 indicadores del índice se dividen en dos categorías, mismas que están en constante tensión por la industrialización y la urbanización:
Salud medioambiental
Vitalidad del ecosistema
En salud, por ejemplo, se evalúan temáticas como:
Medición de la pureza del agua para beber
Exposición a agentes tóxicos
Calidad del aire
Cantidad de metales pesados que se encuentran en el ambiente.
Por su parte, los ecosistemas se evalúan según cómo se encuentre cada uno (tanto terrestres como marinos), y todos los elementos que en ellos confluyen:
La biodiversidad
Los recursos acuíferos
El impacto de la agricultura
Las emisiones de CO2
La protección de especies
Estos son los primeros y últimos 10 lugares de este 2018:
Los rasgos a evaluar hacen del EPI una métrica muy detallada, y se puede apreciar la evolución (o involución) de cada país. Este 2018, por ejemplo, India resaltó por su descenso hasta los últimos 5 lugares, debido a la mala calidad del aire –esto a pesar de que sus políticas para hacer de la energía limpia la más importante en el país estén siendo tan efectivas. Por otro lado, aunque Suiza ocupa frecuentemente los primeros lugares da la lista –debido que cumple con la mayoría de las políticas verdes–, no se exime de destacar por su mala calidad del aire.
Esta es la lista completa:
De esta forma, la metodología de este índice posibilita hacer una crítica real a los países y sus políticas ambientales, y funge sin duda como un elemento de presión para que resuelvan sus problemas ambientales y enfaticen en la sustentabilidad como aspecto fundamental, incluso prioritario, de sus planes de desarrollo.
El caso de México
Hace dos años México destacaba en la posición 67. Este 2018 descendió al lugar número 72. Al parecer, la problemática ambiental rebasa la capacidad para planear y diseñar rutas de sustentabilidad ante los principales retos del país. Entre otras cosas, este problema se debe a la disputa territorial que hay en México, pues según el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, al ser uno de los 5 países megadiversos, los recursos naturales de México también son estratégicos en términos económicos. Esa riqueza, no obstante, puede administrarse de manera sostenible, comunitaria, y sin duda continuar siendo el potencializador económico.
Cada país puede ser evaluado por el EPI, y las políticas que implementen serán fundamentales para evitar los estragos de la crisis ambiental. Pero en cada uno de ellos los individuos tienen un papel significativo, un claro ejemplo es Suiza, donde existen barrios en su totalidad ecológicos, cuya decisión ha dependido en mayor medida por sus mismos habitantes. En México y el resto de Latinoamérica esto también es posible.
Todos podemos reducir la contaminación que provocamos de manera individual y colectiva. De entrada, fortaleciendo la educación ambiental a través de la acción: caminar, o utilizar más bicicleta y transporte público para reducir la huella individual; dejar de usar instrumentos desechables como bolsas, popotes y utensilios de comida de plástico; hacer un uso consciente del agua; aprovechar en mayor medida la energía solar; sustituir el supermercado por el mercado, por productores sin intermediarios o bien, optar por cultivar un huerto urbano propio (aquí puedes aprender a hacerlo paso a paso) incluso como un proyecto comunitario en tu vecindario; y no menos importante, renovar nuestro concepto de basura, habituándonos a ciertas prácticas de reciclaje, o fabricando nuestra propia composta con los desechos orgánicos que producimos.
No está de más recordar que este tipo de acciones activas contribuyen a la consciencia de una sociedad, y por ende, a que sean cada vez más mentes las que se interesen por las políticas verdes de su localidad y país.