El sabor dulce ha sido venerado por casi todas las culturas como un aliciente indispensable, ligado casi siempre al placer; por ello, ha sido transformado en forma de postres de manera sistemática. La mermelada, por ejemplo, un concentrado de fruta cocido en azúcar ha sido consumido desde los griegos, quienes solían cocer membrillos en miel.
En la cultura estadounidense, sobre todo desde el siglo pasado, las mermeladas de distintas frutas se volvieron un producto esencial en su comida, sobre todo la ligada a los desayunos, acompañadas con pan tostado. Esta deliciosa mezcla de frutas y azúcar es perfecta para saciar un súbito antojo dulzoso. Sin embargo, aunque aparentemente se trata de un producto natural, algunos análisis de este producto prueban que no es así, pues suele contener ingredientes nocivos como fructosa o jarabe, colorantes artificiales y, en el caso de la tipo light, polimaltodextrinas, maltodextrinas y sucralosa, que son dañinas para la salud.
Por todo lo anterior, volver a las recetas de las abuelas y dar la espalda al mundo de la industrialización es más que sano para la salud colectiva. De seguro encontrarás algún tiempo libre para elaborar una rica mermelada de la fruta que desees.
Te compartimos cómo hacer una deliciosa mermelada casera:
Ingredientes:
Fruta (las más comunes para hacer mermeladas son manzana, durazno, piña, mango, moras, frambuesa, fresa, etc., pero prácticamente se pueden hacer con cualquiera; la fruta debe estar madura pero de buena calidad); azúcar morena o piloncillo (700gr por cada kg de fruta), agua y tarros de vidrio.
Procedimiento:
Otra alternativa:
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