La ciencia constantemente presenta nuevas formas inesperadas de satisfacer nuestros deseos cotidianos y hacer nuestras vidas más fáciles. La mayoría de las veces hay recursos disponibles para nosotros que nunca hubiéramos imaginado, y una técnica nueva de neuroterapia podría reparar un corazón roto es la nueva esperanza.
Entre las extrañas salidas científicas, hay un tipo de terapia que podría proporcionar alivio psicológico para una variedad de condiciones estresantes. No es psicoterapia, como cabría esperar, sino neuroterapia.
La retroalimentación mental
El neuro feedback es una nueva técnica de entrenamiento cerebral que ha ido ganando popularidad. Es una especie de biorretroalimentación, un método para obtener información sobre el cuerpo (y “entrenarlo”) mediante el seguimiento de la región corporal relevante.
Los diferentes tipos de Biofeedback utilizan diversas tecnologías para su propósito. Se aplica principalmente a la electroencefalografía (EEG), que consiste en captar las ondas cerebrales a través de un casquete cubierto de cables eléctricos.

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Las ondas cerebrales se traducen luego en cualquier tipo de señal visual o de audio (una pantalla de imágenes cambiantes, por ejemplo). Estas señales pueden entonces servir para “entrenar” o alterar estas ondas cerebrales con el fin de obtener el patrón deseado, lo que conlleva un efecto neurológico.
Por ejemplo, los científicos de la Universidad de Brown han logrado que las personas desarrollen nuevas emociones positivas o negativas hacia determinadas fotografías (a las que originalmente habían sido indiferentes).
¿Cómo funciona la neuroterapia para sanar un corazón roto?
El neuro feedback no sólo monitorea las funciones cerebrales; también puede ayudar a evaluar y detectar cualquier problema. Puede ubicar un punto o estructura específicos en el cerebro donde la actividad es inusualmente alta o baja, o desalineada con los niveles esperados en contraste con el resto del cerebro.
Luego, puede ayudar a corregir el problema a través de una variedad de métodos y equipos, dependiendo de cada caso individual. Todo al silenciar las áreas donde la actividad es demasiado intensa o al impulsar las regiones en las que la actividad es demasiado baja. La parte de “formación” de la técnica permite a los pacientes aprender a hacer esto por sí mismos a largo plazo.

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Si bien el neuro feedback se ha utilizado tradicionalmente para tratar problemas específicos de salud mental como la depresión, el TDAH, el trastorno de estrés postraumático o la ansiedad, tiene el potencial de ir más allá de estas dolencias. Es concebible que pueda ayudar a curar un corazón roto, por ejemplo.
Después de todo, ha habido estudios que muestran las áreas específicas del cerebro que están activas en las personas enamoradas. Así, en principio, sería posible apuntar a estos patrones e intentar cambiarlos, entrenándonos para dejar ir el proceso.
Si bien hay lugares donde puede obtener esta terapia, debemos advertirle que aún se necesita mucha investigación para estandarizar, regular y certificar la práctica. El neuro feedback es prometedor, sin duda. Pero como aún no se comprende bien, tal vez sea mejor si no apuesta demasiado todavía.